Si en tu lugar de trabajo o estudio miras alrededor, podrás identificar una gran cantidad de artefactos que funcionan con energía eléctrica. La energía se ha convertido en un insumo imprescindible en el mundo moderno, sin su presencia sería muy difícil que funcionen fábricas, empresas, universidades y más que están ligadas al crecimiento económico y reducción de pobreza de muchos países.
Sin embargo, la producción de energía eléctrica, que se realiza a partir de la transformación de otros tipos de energía mediante el uso de alternadores o generadores, produce daño ambiental al planeta debido a la quema de combustibles fósiles como el petróleo para el funcionamiento de termoeléctricas. Asimismo, se emplean recursos naturales como gas natural, carbón o petróleo, los cuales provocan destrucción y alteración en el ecosistema.
La principal consecuencia de este deterioro se evidencia en el cambio climático, la degradación de la capa de ozono y lluvias ácidas. Pero, aunque suene preocupante, existen buenas noticias ya que el avance de la ciencia ha hecho que en la actualidad se creen sistemas energéticos que no destruyen el medioambiente.
Fernando Dávila, coordinador de la Maestría en Gestión de Sistemas Energéticos en Edificaciones de la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL) explica que los Sistemas Energéticos constituyen fuentes de contaminación ya que generan Dióxido de Carbono (CO2), explica que en Ecuador el sector que más contaminación genera es del transporte con una demanda energética del 46% y genera el 55% de emisiones de CO2 a nivel del país, el segundo es el sector Comercial y Residencial con el 20% generando el 18% de emisiones.
El sector Comercial y Residencial está formado por edificaciones de entidades públicas, privadas, universidades que consumen una alta cantidad de energía por la cantidad de usuarios y puestos de trabajo que existen lo que indudablemente genera una alta demanda en sistemas de iluminación, ventilación, calefacción, sistema informático y de servicios lo que engloba un alto consumo de energía.
La Maestría en Gestión de Sistemas Energéticos en Edificaciones de la UTPL, que es la primera en Modalidad a Distancia en todo el país con una duración de un año, se enfoca en este sector residencial y comercial para ofrecer un sistema energético sostenible sin descuidar el confort de los usuarios.
El coordinador de la maestría explica que el experto en Gestión de Sistemas Energéticos en Edificaciones trabaja a la par con un arquitecto para buscar oportunidades de mejora en el sistema energético y que estos sean eficientes para que ingrese la luz solar, el calor ambiental, contar con sistemas de aislamiento, a fin de contar con una conjugación de criterios que buscan oportunidades de aprovechamiento de los recursos naturales mediante iniciativas y metodologías que hagan eficiente el consumo.
Los profesionales que cursen esta maestría cuentan con un campo abierto de posibilidades laborales para que puedan mejorar el trabajo de construcción que se cumple en todo el país con iniciativas, políticas y decretos, así como ordenanzas que midan la eficiencia del sistema energético en las edificaciones, existentes o por construir, en un trabajo conjunto con los Gobiernos Autónomos Descentralizados de todo el país.
Estas son algunas opciones que se pueden generar desde la academia para cuidar nuestro planeta, sin embargo, la investigación y la ciencia avanzan cada día a pasos acelerados, propiciando el surgimiento de otras alternativas. Precisamente en la búsqueda de estas alternativas cursar un programa de posgrado permite aportar con soluciones eficaces.
La finalidad de la maestría es formar profesionales con competencias en la gestión de sistemas energéticos en edificaciones de gran consumo, con el fin de optimizar la inversión de recursos en la provisión de energía que permita contribuir a la reducción de la huella ecológica y a la protección del medio ambiente.
Al finalizar su formación los profesionales serán capaces de realizar actividades para el diagnóstico, evaluación, gestión y optimización energética, con el objeto de establecer especificaciones y características técnicas óptimas a ser tomadas en cuenta en el diseño, construcción, uso y mejora continua de las edificaciones del país.
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