La comunicación estratégica va más allá de transmitir ideas; se trata de diseñar mensajes que logren conectar, persuadir e influir de manera efectiva. En un panorama saturado de información, la habilidad de comunicar se ha convertido en un recurso indispensable para un liderazgo exitoso, ya sea en la gestión de proyectos, la dirección de equipos o la representación de ideas ante diversos públicos.

Aplicar la comunicación estratégica implica entender que todo mensaje debe ser planificado y adaptado a su contexto, lo cual incluye el contenido de las palabras y cómo se proyectan a través del tono, el ritmo y la expresión corporal. La clave está en alinear estos elementos para que refuercen el propósito del mensaje y creen un impacto duradero.

Durante el IECOM 2024, realizado en la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL), Gustavo Cusot, experto en estrategias de comunicación, desentrañó los elementos clave que convierten un mensaje en una herramienta poderosa y enfatizó que comunicar es construir un puente entre ideas y receptores. Para lograrlo, compartió tres pilares fundamentales: la comunicación verbal, el paralenguaje y el lenguaje corporal, y explicó cómo estos se integran para construir un mensaje sólido y efectivo. 

La ciencia detrás de la comunicación efectiva  

“Menos es más” fue una de las frases recurrentes en su intervención. Cusot expuso que la saturación de información puede dispersar la atención del receptor, mientras que un mensaje claro y bien estructurado tiene mayor impacto. Además, resaltó la importancia de la planificación, señalando que la improvisación puede socavar incluso las mejores ideas. 

El concepto del Elevator Pitch, presentado como una técnica para resumir ideas de manera impactante en menos de 30 segundos, fue otro de los puntos centrales. El experto animó a los asistentes a desarrollar esta habilidad, les recordó que cada interacción es una oportunidad para persuadir y convencer. 

Finalmente, invitó a reflexionar sobre cómo la comunicación afecta no solo a nivel profesional, sino también en lo personal. Ser conscientes de lo que proyectamos, ya sea a través de palabras, gestos o actitudes, nos permite construir relaciones más efectivas y auténticas. 

La comunicación estratégica no solo se trata de proyectar un mensaje, sino de garantizar que este sea comprendido, aceptado y recordado. Como demostró Gustavo Cusot en el IECOM 2024, lograr este nivel de conexión requiere integrar múltiples elementos: desde el contenido bien estructurado, la adecuada modulación de la voz hasta un lenguaje corporal coherente con el mensaje. Cada interacción, ya sea una presentación, una reunión o un discurso, representa una oportunidad para generar impacto y construir relaciones significativas.

Dominar estas herramientas no solo fortalece proyectos profesionales, sino que también enriquece la forma en que nos relacionamos con quienes nos rodean. La capacidad de comunicar con claridad y persuasión es, sin duda, una ventaja competitiva en un entorno cada vez más dinámico y globalizado. Apostar por la preparación, la coherencia y la autenticidad en cada acto comunicativo no es solo una cuestión de técnica, sino de compromiso con el mensaje y con quienes lo reciben.

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