Cuando era adolescente, Ángel Josué Hernández enfrentó situaciones de discriminación en su colegio. Estos episodios de rechazo marcaron su vida, pero lejos de detenerlo, se convirtieron en el motor que lo impulsó a soñar con un futuro distinto: estudiar Derecho para defender a quienes, como él, enfrentan barreras sociales y estructurales.

Hoy, a sus 21 años y próximo a culminar el séptimo semestre de la carrera de Derecho en la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL), bajo  la modalidad a distancia y en línea, Ángel afirma haber encontrado en la universidad “el verdadero significado de la inclusión”.

“En bachillerato sufrí discriminación, pero aquí en la universidad nunca he tenido obstáculos. Siempre he contado con el apoyo de mis docentes, compañeros y departamentos. Nunca me han dejado solo”, expresa con gratitud.

Una universidad que abre puertas

Ángel conoció a la UTPL gracias a las referencias de conocidos sobre la calidad de su educación en línea. Una decisión que, asegura, transformó su vida.

“Para mí ha sido un pilar fundamental, porque brinda oportunidades a quienes, por diversas circunstancias, no pueden acceder a la educación presencial. Sus plataformas son inclusivas, accesibles y me han permitido avanzar con libertad y confianza”.

Gracias a herramientas como lectores de pantalla y la accesibilidad de sistemas como Canvas y EVA, Ángel ha podido participar activamente en sus clases, recibir materiales semanales, resúmenes y acompañamiento académico constante. Para él, esto reafirma su convicción de que todos somos iguales y tenemos derecho a las mismas oportunidades en la educación.

Proyectarse al futuro

Entre sus metas está graduarse como abogado, cursar una maestría en Derecho Penal y, algún día, convertirse en docente universitario.

“Mis profesores son mi inspiración. Admiro su calidad humana y quiero transmitir lo mismo a otros estudiantes”, dice con entusiasmo. 

Su elección de carrera no fue algo casual. Desde pequeño soñó con ayudar a los demás y en el Derecho encontró un camino para lograrlo. Actualmente, trabaja en su tesis sobre un caso penal ocurrido en Riobamba, con la esperanza de dejar un mensaje a la juventud: evitar los vicios y contribuir a una sociedad más justa.

Un joven como cualquiera

Fuera de las aulas virtuales, Ángel disfruta cantar, escuchar música nacional –especialmente pasillos- y pasar tiempo en casa con su madre.

“Soy hijo único, y agradezco cada día el apoyo de mis padres. Mi papá es mecánico automotriz y lo admiro mucho. Mi madre siempre ha sido mi guía en este camino”.

Un mensaje de vida

La UTPL lleva 49 años transformando vidas a través de su compromiso con la igualdad de oportunidades y la historia de Ángel refleja la misión que ha cumplido durante más de cuatro décadas. Pionera en la modalidad a distancia en el país, la universidad ha abierto las puertas de la educación superior a miles de estudiantes de zonas rurales, migrantes, madres de familia y personas con discapacidad.

“Gracias UTPL, por iluminar mi camino a través de la fe y la enseñanza. Nunca es tarde para aprender, nunca es tarde para luchar por los sueños. Yo estoy a punto de cumplir el mío: ser abogado de la República del Ecuador”.

Con más de 40.000 estudiantes en todo el país y en el exterior, la institución garantiza igualdad de condiciones mediante plataformas accesibles, acompañamiento docente y programas de apoyo que colocan al estudiante en el centro del proceso educativo. Así, celebra historias como la de Ángel: jóvenes que, con el respaldo de una universidad comprometida con la igualdad, convierten la adversidad en esperanza y la educación en la llave para abrir todas las puertas.

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