La aparición del nuevo coronavirus (COVID-19), una enfermedad que afecta al sistema respiratorio, ha generado alerta en la población mundial ya que cada día incrementan los casos de contagio en distintos países. Las redes sociales no son ajenas a esta preocupación social y a diario vemos mensajes como: “El coronavirus se transmite por la picadura de mosquitos”; “es mejor no recibir paquetes de China ya que vienen con el virus”; “todas las personas que se contagian de coronavirus van a morir”.
Estos mensajes causan temor en la población que accede a las redes sociales en busca de información. El coronavirus tarda dos semanas en incubar, pero a un usuario de redes le bastan 10 segundos en compartir una noticia falsa sobre este virus. La información falsa que se difunde por internet se ha denominado Fake News- en inglés- y hace referencia a la divulgación de noticias que provocan un peligroso círculo de desinformación que se replica millones de veces en cuestión de segundos.
Cada minuto se realizan cerca de 4 millones de búsquedas en Google, se producen 900 mil accesos a la red social Facebook y se envían más de 160 millones de correos electrónicos. Esta necesidad de estar conectados a cada instante alerta el peligro de las Fake News para la difusión de información.
Considerando que las noticias falsas son un fenómeno que afecta a la sociedad en general y que presentan una gran facilidad de propagarse en redes sociales como Facebook, Twitter e Instagram así como mediante las aplicaciones de mensajería instantánea WhatsApp, Telegram y otras es fundamental conocer cómo identificar la información real y así evitar la desinformación.
Claudia Rodríguez, docente del Departamento de Ciencias de la Comunicación de la UTPL, comparte 5 pasos para combatir las fake news. La información es parte de los estudios que realizó junto al Grupo de Investigación en Comunicación, Educación y Tecnología de la UTPL que analiza cómo la sociedad interactúa con las plataformas digitales, educación en medios, uso de tecnología educativa para el aprendizaje en red, entre otros.
Desde la llegada de Internet, la forma como se produce la información ha cambiado. Hoy en día no solamente llegan a nosotros datos provenientes de medios de comunicación, autoridades, organismos y otras fuentes oficiales pues cualquier persona con conexión a Internet puede generar contenidos, pero eso no implica que estos sean verificados antes de su publicación.
Rumores, descubrimientos, anuncios y otros contenidos que se publican a diario suelen provocar reacciones inmediatas provocadas por miedo, ira y alegría, entre otras emociones. Por eso es preciso fijarse en la fuente de esa información.
Es muy común que páginas y perfiles de redes sociales que se presentan como medios de comunicación publiquen diversos tipos de información que no ha sido investigada ni verificada. Es preciso identificar esos medios y ser más selectivos con las fuentes a las que ponemos atención. El número de “me gusta” y de “compartidos” no garantiza la veracidad de una información, así como tampoco el número de seguidores de quien la publica.
Es importante leer la información completa de la noticia, no solamente el titular. En ese proceso hay que verificar que datos como fecha, lugar, nombres y fotografías coincidan con lo que crees que te están comunicando.
Internet puede ser una herramienta eficaz para comprobar si lo que cuenta una noticia es cierto. Se puede hacer uso de herramientas como Google u otro buscador para saber si alguien más publicó esa información o si alguna fuente oficial habla de ello.
Si la información que leemos no satisface nuestra necesidad de conocimiento sobre el tema o no logramos comprobar su veracidad, una alternativa puede ser preguntar a un experto que conozca del tema y aclare nuestras dudas.
Claudia Rodríguez menciona además que, ante las estadísticas que muestran el incremento en el uso de la tecnología, es fundamental contar con competencias mediáticas, es decir, saber cómo manejar la información que se encuentra en Internet, de forma crítica, diferenciando la información real de la falsa.
Explicó que en diversos estudios que han realizado como grupo de investigación se ha determinado que varios adultos, pese a que cuentan con estudios de tercer y cuarto nivel, tienden a compartir información falsa. Una de las razones es el uso de la red social Facebook, en la cual se encuentran con pensamientos e ideas acordes a las emociones y, por lo tanto, el usuario comparte información con la que se siente a gusto, más no porque esta sea real.
Ante esta realidad, el Grupo de Investigación Comunicación, Educación y Tecnología de la UTPL trabaja en programas de alfabetización mediática y digital dirigidos a niños y jóvenes para que conozcan por qué usar una red social, qué tipo de información personal compartir y cómo analizar los contenidos a los que están expuestos para que desde pequeños aprendan a discernir la información que es real y así contribuir a mantener una sociedad informada.
Si te interesa conocer más sobre el trabajo que realiza este grupo de investigación, visita su página web: investigacion.utpl.edu.ec/grupos/cet y descubre todos los proyectos que desarrolla para lograr el acceso a información que fomente el conocimiento y no la desinformación.
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