Para los católicos cumplir con las celebraciones marcadas dentro del calendario litúrgico es una cuestión de principios morales y religiosos aprendidos desde casa, reforzados con los rituales sacramentales y puestos en práctica voluntariamente en la vida adulta.
El calendario litúrgico es dictaminado cada año por la Iglesia Católica, lo determinan en relación con las Sagradas Escrituras, así como con las festividades de algunos santos, que rigen nuestros periodos de vida espiritual.
Es así que todos los años celebramos las fiestas de: Adviento, Navidad, Cuaresma, Pascua y Tiempo Ordinario, importantes para nuestro proceso de reflexión y mejora espiritual previo al encuentro con Dios.
El capellán de la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL), comparte su mensaje para vivir esta Semana Mayor:
La cuaresma comprende los días de preparación para la Resurrección de Jesús, que es la fecha más importante de la vida católica por su simbolismo espiritual de renacer a la vida purificados de nuestros pecados.
Comienza el miércoles de ceniza con la imposición de la cruz en la frente de los feligreses y finiquita el jueves santo, además simboliza los 40 días que estuvo Jesús en el desierto, pasando tentaciones, presentadas en figura del diablo.
En el evangelio de Mateo en el Nuevo Testamento nos dice que Jesús sintió soledad y falta de muchos elementos básicos y banales en la vida de cualquier ser humano, pero al ser hijo de Dios logró sobrellevar estos padecimientos.
El miércoles de ceniza que da inicio a todo este periodo de reflexión, siempre oscila entre el 4 de febrero y el 10 de marzo, pero en este 2018, empezó el 14 de febrero.
En este tiempo de cuaresma se pretende que, como católicos, meditemos acerca de nuestros defectos, de aquellos pecados capitales que por nuestra humanidad es normal tenerlos, pero está en nosotros convertirlos en virtudes que no solo nos ayuden a nosotros, sino también a nuestros prójimos.
Apoyarnos en nuestras creencias y fortalezas innatas es lo más recomendable, pues, durante estos 40 días tenemos la oportunidad de meditar acerca del mal que llevamos y mejorarlo, dejándolo atrás para avanzar con alegría hacia nuestra vida eterna.
Lo que recomienda Fernando Rielo respecto a este periodo es ayunar de nuestras pasiones, privarnos de lo que más nos gusta y que no es tan necesario, no es solo dejar de consumir carnes rojas sino liberarnos de las cadenas que nos atan y aprender a ser más humildes. Esta penitencia interior nos ayuda a cambiar nuestra parte interna, no solo fingir, y así alcanzar nuestra propia salvación y recibir las bondades de Dios en plenitud.
La Semana Santa es el culmen de lo que se hace tras la cuaresma, es la fiesta de celebración que nos permite examinar como corresponde a ese amor que Dios nos da, son 8 días en los que conmemoramos la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret.
Cada día de esta semana se conmemora una actividad diferente:
La Misión Idente Semana Santa es una actividad evangelizadora que tiene como objetivo llegar a comunidades vulnerables de Loja, Zamora y Pastaza, creando conciencia social en los jóvenes evangelizadores, así como en las comunidades visitadas.
Como esta misión se realiza durante la Semana Santa, los jóvenes participan de la Semana Mayor fortaleciendo los conocimientos acerca de lo que se celebra cada día, y se motiva a la participación en el Vía Crucis y las Siete Palabras (siete últimas frases que Jesús pronunció durante su crucifixión).
Motivar a la comunidad en la participación de las diferentes actividades religiosas que se realizan durante esta semana, promueve la fe católica en las zonas más vulnerables de nuestras provincias.
“Pues si vosotros siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?”.
Lc 11,13
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