Permanecer dentro de nuestros hogares es una actividad que se ha generalizado en las familias ecuatorianas debido a la propagación de COVID-19. Quedarse en casa contribuye a frenar los contagios y es una de las medidas obligatorias ante la declaratoria de emergencia sanitaria en el país; sin embargo, de acuerdo a declaraciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), esta medida ha incrementado enormemente la violencia contra las mujeres.
De acuerdo a un informe del Secretario General de la ONU sobre el impacto de la crisis del COVID-19 en las mujeres, una de cada cinco mujeres fue víctima de violencia en el 2019 y muchas de ellas ahora se encuentran atrapadas en sus casas con los agresores. En el informe se sostienen que los servicios de asistencia para estos casos están saturados y, además, están experimentando recortes y restricciones en sus presupuestos; por ello, el secretario hace un llamamiento a todos los Gobiernos a tomar medidas urgentes para proteger a las mujeres de la violencia doméstica y a ampliar sus recursos para ese propósito.
¿Cómo afrontan este aislamiento las mujeres que son víctimas de violencia?
La Defensoría del Pueblo de Ecuador menciona que, debido a la emergencia sanitaria, la cuarentena es un espacio en el que se obliga a las víctimas a convivir con sus agresores, que muchas veces son sus parejas o pertenecen a su círculo familiar. Esto no solo perjudica su salud mental, sino que además las expone a sufrir nuevas agresiones físicas, sexuales y/o psicológicas.
El Gobierno Nacional ordenó el aislamiento en Ecuador desde el 17 de marzo de 2020 y, hasta el momento, según María Cristina Meneses, coordinadora zonal 7 de la Defensoría Pública, en el cantón Loja se han presentado 12 patrocinios, es decir acompañamiento legal a víctimas por contravención de violencia intrafamiliar. A escala nacional, la Policía Nacional durante el mes de marzo ha recibido 2 mil 855 denuncias de incidentes referentes a violencia intrafamiliar.
Indicadores de violencia
Gabriela Moreira Aguirre, coordinadora académica de la Cátedra Unesco de Cultura y Educación para la Paz que se aloja en la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL), señala que la cuarentena podría ser un riesgo añadido a la violencia contra la mujer, y que las denuncias podrían dispararse en estos días debido a la convivencia forzosa con el agresor durante las 24 horas del día. A esto se suman situaciones que se viven en esta crisis como ansiedad, estrés, preocupación económica y laboral, que pueden desencadenar más conflictos.
Ella señala que, pese a que en el país está vigente desde 2018 la Ley Orgánica Integral Para Prevenir y Erradicar la Violencia Contra las Mujeres las cifras no han disminuido. Por ejemplo, los indicadores sobre violencia contra las mujeres del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), muestran que, en 2019, el 65% de mujeres señala haber sido víctima de violencia de género a lo largo de su vida. En 2011, esa cifra se situaba en 60,6%. El maltrato generado por la pareja es uno de los más frecuentes con un porcentaje de 42,8%.
El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) señaló en 2014 que la violencia de género es más común en entornos de emergencias humanitarias, donde las principales víctimas suelen ser mujeres y adolescentes, cuya vulnerabilidad se agravaba en una crisis. Según esta organización, la violencia sexual es la más común en entornos de emergencia humanitaria. Además, dice que el contexto familiar es el espacio donde se manifiestan conductas agresivas y violentas hacia la mujer derivadas de las formas jerárquicas patriarcales que reproducen una cultura de superioridad entre hombres y mujeres.
¿Cómo afecta la violencia?
Gabriela Moreira señala que la violencia no repercute únicamente sobre la mujer maltratada, sino también sobre los niños que están expuestos a los episodios de violencia y que son considerados víctimas directas. Los menores crecen en un entorno donde la igualdad entre el hombre y la mujer no existe, la autoridad y el domino del hombre sujeta a la mujer a un estado de sumisión y obediencia.
Recomendaciones para afrontar el aislamiento
Para que el aislamiento resulte una experiencia de tranquilidad en la familia, y con el fin de contrarrestar la violencia contra la mujer, desde la Cátedra Unesco de Cultura y Educación para la Paz de la UTPL se recomienda:
El espacio familiar es idóneo para el aprendizaje de una convivencia armónica. A partir de los estilos parentales y modos de relación familiar, los hijos modelan su futura personalidad y capacidad de socialización. |
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Esto se logra, primero, a través de la vivencia de la paz, no como un valor absoluto sino como un proceso en construcción. Los padres deben hablar de valores y vivirlos en el día a día para permitir la integración de las conductas a través de la observación. |
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Los niños aprenden a ser violentos si presencian la violencia como un modo de relación. Por lo tanto, se debe promover valores como el respeto, la tolerancia, el diálogo y, fundamentalmente, la resolución no violenta de los conflictos. |
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Es fundamental la unidad para incorporar el concepto cultura de paz mediante la práctica de actitudes, valores y comportamientos, rechazando la violencia y promoviendo la solución de conflictos a través del diálogo y la negociación. |
¿Qué hacer si se sufre violencia intrafamiliar?
Si vives en Ecuador, puedes solicitar ayuda inmediata de las siguientes formas:
1. Pedir ayuda en la Unidad de Policía Comunitaria (UPC) más cercana
Los agentes van a la casa y arrestan al agresor. También pueden ayudar a la vícitima a tomar sus pertenencias o llevarla a un médico de flagrancia.
2. Llamar al 911
Si se constata la agresión, el sospechoso es detenido de forma inmediata. A la víctima se la auxilia si existen lesiones y se la moviliza a un hospital a través de ambulancia.
3. Denunciar de forma anónima en la línea gratuita: 1800 DELITO - opción 4
Se designa una patrulla para que acuda al domicilio que fue denunciado. Auxilian a la víctima y la trasladan a la Unidad de Flagrancia para que presente la denuncia.
3. Reportar la violencia en las Unidades de Flagrancia
Se realiza una audiencia con el agresor y se brinda a la víctima una medida de protección, como: boleta de auxilio o alejamiento. Asimismo, se puede extraer y negar el acceso del sospechoso al domicilio de la víctima, entre otras medidas.
Fuente: Policía Nacional
¿Qué iniciativas existen para disminuir la violencia?
- Enfocada en la promoción la Cultura de Paz, la Cátedra Unesco de Cultura y Educación para la Paz desarrolló durante dos años (2016-2018) el proyecto de vinculación denominado “Ruta participativa de salto en salto a la violencia le ponemos alto”, en el que, junto a la Cooperación Alemana GIZ, a través de su Programa ComVo Mujer, crearon espacios de reflexión sobre procesos cotidianos que provocan dinámicas violentas, discriminatorias e inequitativas entre los niños.
El resultado más relevante fue que el uso del juego como estrategia para la sensibilización sobre la violencia de género fomenta la erradicación de los patrones socio-culturales previamente establecidos y promueve su rechazo en niños de edad escolar.
- Otro de los proyectos se trabajó en 2019 junto al Observatorio de la Agenda Política y Cultura de Paz de la UTPL, con una investigación realizada a escala nacional para identificar el nivel de conocimiento acerca de la implementación de la Ley Orgánica para la Erradicación y Prevención de la Violencia a la Mujer. Los resultados determinaron que más de la mitad de los encuestados considera que la violencia se desarrolla -en mayor grado- en los ámbitos intrafamiliar, laboral y educativo. El 48% señala que algunos de los funcionarios han recibido capacitación, mientras el 18% indica que no. El 78% reconoce que en su institución hay protocolos para la implementación de la Ley, y el 22% señala que no existen.
La Cátedra Unesco de Cultura y Educación para la Paz de la UTPL trabaja para erradicar la violencia contra la mujer y se enfoca en promover la paz como un proceso en construcción en el que participa toda la sociedad, con la finalidad de que la paz sea permanente y predomine en todo acto humano.
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