La presencia del humanismo en la práctica artística se manifiesta en espacios donde los ensayos, las afinaciones y las voces convergen para dar vida a experiencias compartidas. Allí, la música trasciende el aula y se convierte en un territorio abierto para el impulso creativo, el intercambio intergeneracional y la construcción de vínculos que fortalecen la sensibilidad colectiva. En estos espacios de aprendizaje se configuran entornos donde el arte se descubre, se practica y se vive como un medio de expresión que conecta a las personas con su entorno cultural y emocional.

Desde esta mirada, la UTPL ha construido una presencia musical constante a través de grupos, programas y proyectos que articulan formación, práctica escénica y participación. La diversidad de repertorios (folclor, rondalla, música de cámara, coro, orquesta sinfónica) y la integración de públicos con distintos niveles de experiencia reflejan un trabajo institucional que vincula a la universidad con la ciudad y con las tradiciones musicales del entorno. Así, quienes provienen de conservatorios o de procesos de formación inicial confluyen con estudiantes que descubren el arte desde otras áreas académicas, encontrando en la gestión cultural de la UTPL un soporte para convertir estas expresiones en actividades públicas, repertorios compartidos y procesos de aprendizaje.

Esta dinámica se evidencia en proyectos que combinan producción, investigación y extensión universitaria. En el ámbito sinfónico y coral, la institución ha impulsado festivales que revalorizan repertorios locales y promueven la creación contemporánea.

Sobre este trabajo, Luís Cueva Dávila, director de la Orquesta Sinfónica Unificada (OSU) UTPL y de la Camerata Arkos, destaca: “El Festival Mariano, que funcionó desde 2019, y el actual Festival de Música Sacra son proyectos sinfónico-corales únicos en el país. La música sinfónico-coral es la más completa, porque une la orquesta con todas sus familias de instrumentos y las voces del coro en una experiencia artística integral”.

La articulación entre la enseñanza formal y actividad cultural se consolida como una estrategia que amplía las oportunidades formativas. Aunque la UTPL no ofrece una carrera específica en música, sí dispone de espacios de alta exigencia artística donde estudiantes de cualquier disciplina trabajan junto a músicos profesionales, exploran repertorios diversos y se enfrentan a escenarios que requieren preparación técnica y compromiso.

En este sentido, Cueva Dávila señala: “La universidad nos brinda la plataforma para que esta gestión cultural y estos estudios paralelos sean posibles. Esto permite a los estudiantes acceder a una segunda formación vinculada a la cultura local y nacional. De ahí la importancia de los grupos musicales: contribuyen a la formación humana e integral de cada estudiante”.

La proyección institucional incluye también iniciativas de inclusión y vinculación con la comunidad. Programas como el Sistema de Formación Musical Inclusiva (SINFÍN) abren oportunidades para la integración social, la formación temprana y el intercambio intergeneracional. Asimismo, la participación de agrupaciones de la UTPL en ferias, festivales y actividades públicas permite adaptar repertorios según cada contexto, fortaleciendo la presencia de la música como un bien colectivo y accesible.

Este proceso demanda decisiones académicas y estratégicas. La existencia de posgrados en artes y la eventual incorporación de nuevas carreras vinculadas al ámbito artístico marcan pasos hacia una oferta más estructurada. En esa línea, la posible creación de una licenciatura en música se plantea como una proyección que ampliaría el impacto local y nacional de la universidad, potenciando su contribución a la formación musical y a la producción cultural.

Dentro de la comunidad universitaria, la celebración del Día del Músico se asume como una oportunidad para renovar compromisos: promover la práctica, generar espacios de encuentro y fortalecer valores de disciplina, cooperación y entusiasmo artístico.

En esa línea, Cueva Dávila comparte un mensaje dirigido a quienes viven la música como vocación: “No tenemos que convencer a nadie con palabras. Debemos cautivar a través del cariño que tenemos por la música. Mientras más nos entregamos a ella, más motivamos a los demás. Ese espíritu musical que cada uno tiene debe brillar y crecer siempre”.

El aporte de la UTPL en torno al Día del Músico y a la actividad musical en general se fundamenta en una política cultural que integra formación, extensión y presencia pública. La combinación de agrupaciones, festivales, programas inclusivos y colaboraciones interinstitucionales permite fortalecer el reconocimiento profesional de los músicos, promover la formación de audiencias y dinamizar la circulación de repertorios locales y regionales. En este marco, la conmemoración del Día del Músico adquiere un sentido profundo, que invita a evaluar avances, identificar desafíos y proyectar nuevas iniciativas que mantengan viva la música en la vida universitaria y en el tejido social.

En la UTPL fomentamos el cuidado integral de la persona.