¿Cómo prepararnos para la nueva normalidad?

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Incertidumbre, miedo y ansiedad por el futuro son sensaciones que predominan en gran cantidad de personas alrededor del mundo desde que apareció la pandemia del COVID-19. El impacto de la pandemia se siente en el desarrollo de actividades sociales, laborales y académicas, provocando situaciones que afectan nuestra salud mental.

Hemos atravesado más de un año sintiendo los efectos sociales, emocionales y económicos, que provoca esta situación a nivel mundial, pese a los esfuerzos por acelerar la vacunación alrededor del mundo, la aparición de nuevas variantes nos aleja de la “normalidad que esperamos”.

Ante esta situación, lo que nos queda es adaptarnos a una “nueva normalidad” donde existen ciertas actividades que se retoman al aire libre, sin embargo, predomina el uso de las medidas de bioseguridad y el distanciamiento social. Esto nos abre una puerta ante una nueva perspectiva de la realidad que para muchas personas puede resultar desconcertante.

 

Aspectos psicológicos

Aranzazu Cisneros, directora de la Maestría en Psicología Clínica con mención en Psicología de la Salud de la UTPL, menciona que como sociedad hemos adoptado hábitos en medio de la pandemia que se mantienen en nuestra vida diaria y se han convertido en imprescindibles, como el lavado de manos, uso de mascarilla y distanciamiento social.

En cuanto a la forma de vivir la pandemia, señala que:

“Cada persona lo ha hecho de forma distinta y esto ha provocado que cada uno sienta los efectos de acuerdo a su grupo etario y nivel social. Los niños y adolescentes, por ejemplo, se han visto afectados por la falta de interacción con sus compañeros, exceso de horas con dispositivos móviles o computadores y alteración de hábitos alimenticios. 

Por otra parte, los adultos presentan ansiedad, estrés, miedo; y en el caso de los adultos mayores, sobresale la preocupación ante la aparición de nuevas variantes y problemas de estrés, pánico y alteración de ciclos de sueño”.

Para sobrellevar esta nueva normalidad, donde tenemos la incertidumbre de si se retomarán o no las actividades presenciales, si existirán nuevos confinamientos o si habrá rebrotes que pongan en peligro la economía de nuestros países, Aranzazu Cisneros brinda los siguientes consejos:

  • Aceptar que el virus forma parte de nuestro contexto actual y que será así durante algún tiempo.
  • Entender que la vacuna no evita que nos contagiemos.
  • Ser conscientes de nuestras rutinas de bioseguridad para incrementar la efectividad de la vacuna.
  • Incluir en el día a día, rutinas de relajación que podamos manejar con ejercicios moderados que permitan mantener nuestra mente y cuerpo relajados.
  • Identificar en niños y adolescentes, lo que genera malestar e irritabilidad dentro de casa y al relacionarse en el exterior, para en base a ello intentar cambios hábitos que aporten a su bienestar.
  • Centrarse en acciones que se pueden controlar, como las medidas de bioseguridad para evitar contagiarse y no estresarse por la aparición de las nuevas variantes de la pandemia.
  • Mantener estable la conexión con los adultos mayores dentro de cada familia, ya que son una población vulnerable, que constantemente sufre de soledad.
  • Ver el lado positivo de las circunstancias actuales, entender que en medio de la crisis se pueden generar nuevos espacios.

Como sociedad debemos entender que la salud mental es una prioridad y que la sociedad debería verlo como algo normal, sin generar prejuicios que afecten a quienes acuden a terapia para buscar una salida a sus problemas y mejorar su calidad de vida.

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