UTPL impulsa la investigación y educación de calidad con maestrías y carreras acreditadas internacionalmente

La Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL) apuesta por una educación integral basada en el humanismo de Cristo como fundamento de su identidad institucional. El Premio Humanístico Tomás Moro nace como una expresión de este compromiso para reconocer a quienes viven de manera coherente los valores institucionales que transforman vidas y contextos.
El premio se ha convertido en una herramienta que trasciende el simple reconocimiento, pues invita a la comunidad universitaria católica a practicar con autenticidad los valores que la definen. En 2025, el galardón destaca especialmente el humanismo integral, la actitud de servicio y la fecundidad colaborativa, valores del modelo educativo UTPL y alineados con el Plan Estratégico de Desarrollo Institucional 2025-2030.
Este año, a través del premio se destacan tres valores del nuevo Plan Estratégico de Desarrollo Institucional 2025-2030:
Estas personas no fueron elegidos al azar, sino porque reflejan con claridad el testimonio de vida de Tomás Moro y, al mismo tiempo, son valores que muchas personas dentro de la UTPL ya viven silenciosamente”, añade Mónica Calva, directora general de Misiones Universitarias.
El premio no busca imponer virtudes, sino generar conocimiento, inspirar acciones significativas y dejar una huella indeleble en cada proyecto; encontrar rostros, nombres e historias que reflejen lo mejor de la misión institucional.
Tomás Moro es reconocido como uno de los grandes humanistas del Renacimiento por explorar ideas sobre la justicia, la organización social y la dignidad humana, lo que lo convierte en un referente para quienes buscan una sociedad más equitativa y racional. Su vida ejemplifica la unión inseparable entre fe, razón y compromiso con el bien común.
El nivel espiritual nos empuja a vivir con sentido, con virtudes, con una mirada trascendente. Por eso, Tomás Moro, ejemplo de coherencia, entrega y fidelidad a sus principios, es el símbolo de este reconocimiento”, mencionó Mónica Calva. |
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Este premio, inspirado en su legado, reafirma el compromiso de la universidad por formar profesionales íntegros, capaces de enfrentar los desafíos actuales desde una perspectiva humanista y colaborativa.
En esta edición, se ha adoptado un nuevo proceso de selección diseñado para ser más participativo y enfocado en reconocer auténticamente los valores institucionales. El proceso inicia con talleres de reflexión sobre los pilares del humanismo integral, la actitud de servicio y la fecundidad colaborativa. Posteriormente, se realizan votaciones internas por carreras, departamentos académicos, dependencias administrativas y centros de apoyo para identificar a los candidatos destacados.
Luego, se lleva a cabo una votación abierta para seleccionar a los finalistas de cada categoría. Finalmente, el proceso culmina con entrevistas personales que permiten conocer de manera integral cómo los nominados viven y practican estos principios en su vida cotidiana, tanto dentro como fuera del entorno laboral.
La persona que es íntegra, lo es dentro y fuera de la universidad. Y eso es lo que buscamos: una comunidad que viva en coherencia, que no sea tropiezo, sino impulso para los demás... más que una evaluación, es un espacio de diálogo donde la autenticidad sale a la luz”, menciona Mónica Calva.
Este nuevo enfoque reafirma el compromiso de la UTPL por reconocer a quienes encarnan el humanismo de Cristo y sus valores, a la vez fortalece la identidad y cohesión de la comunidad universitaria.
Este año, cuatro representantes fueron galardonados por su testimonio de vida, compromiso con la comunidad y coherencia con los valores institucionales.
● Lucía Yamilé Collahuazo Castillo, estudiante de la carrera de Fisioterapia.
● Tania Paola Torres Gutiérrez, docente del Departamento de Economía.
● Jacqueline Elizabeth Martínez Espinoza, personal administrativo de la Secretaría General.
● Guido Ricardo Donoso Toledo, coordinador comercial del centro de apoyo Cariamanga, Zona 7.
Este reconocimiento no es solo un premio, es un acto de memoria viva: una oportunidad para visibilizar y reconocer a quienes siembran esperanza, construyen puentes, lideran con humildad y contagian el deseo de servir.