Emprendimiento que nace de las aulas para contribuir a la cultura

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En el teatro, como en la vida, el ensayo es solo el preludio del acto principal. La historia de Alfonsina Soto Coronel, estudiante de cuarto ciclo de Artes Escénicas en la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL), es testimonio de cómo la presencialidad, más que una modalidad, se convierte en el motor que da forma a los sueños. Su emprendimiento, Center Stage Productions, nació en las aulas, pero encontró sentido en el contacto directo con sus docentes, en el trabajo colaborativo con sus compañeros y, sobre todo, en la experiencia real de llevar una idea al escenario.

Afiche de la obra "Lo que éramos nosotros"

 

La UTPL ha concebido su modalidad presencial como un entorno donde aprender es también hacer. En ese marco, Alfonsina no solo adquirió conocimientos técnicos sobre producción y gestión cultural, sino que vivió el desafío de aplicarlos. Las asignaturas de Producción Escénica de Espectáculos y Emprendimiento Transdisciplinario no se limitaron a contenidos teóricos; fueron el punto de partida para que los estudiantes diseñaran y ejecutaran proyectos reales.

“Cada estudiante tiene que crear una marca, ya sea personal o empresarial”, cuenta Alfonsina, y esa exigencia se transforma en oportunidad cuando se cuenta con el acompañamiento docente y el respaldo institucional.

Su primer musical denominado Lo que éramos nosotros se presentó el 16 de julio del 2025 en el resto-bar cultural Gato Suco. La experiencia vivida fue el resultado de una planificación detallada, del manejo de presupuestos, de la elaboración de contratos, del diseño de estrategias de difusión y la dirección de un equipo artístico. Alfonsina asumió múltiples roles y, pese a las dificultades, logró concretar una producción escénica que, además de cumplir con los objetivos académicos, resultó rentable.

“Si fue rentable, si fue algo bien estructurado, desde el valor del cover hasta el lugar donde lo hice”, afirma mientras reconoce que, sin la guía recibida en clases, el resultado no habría sido posible.

La UTPL fortalece su sistema académico con laboratorios, talleres y espacios que permiten a los estudiantes experimentar su carrera desde el primer ciclo. En el caso de Artes Escénicas, esto se traduce en ensayos, montajes, puestas en escena y vivencias que solo la presencialidad puede ofrecer. Alfonsina destaca que desde el inicio de su carrera se incorporaron herramientas como el marketing, la planificación estratégica y la gestión de recursos. Cada paso fue acompañado, cada decisión guiada.

Los profes también estuvieron muy atentos a cómo iban nuestros cronogramas…”, recuerda con gratitud.

Esta historia también es una respuesta a quienes se preguntan por el valor de la presencialidad en tiempos de educación híbrida. La UTPL entiende que ciertos procesos formativos requieren del cuerpo presente, del ensayo compartido, del diálogo directo, del error corregido en el momento y del impulso colectivo que solo se da cuando el aprendizaje es también convivencia.

En un momento del proceso, Alfonsina estuvo a punto de renunciar. “Les dije a los chicos: creo que no vamos a sacar nada”, confiesa.

Pero no fue así. El trabajo en equipo, el compromiso con su idea y el respaldo formativo hicieron que el estreno llegara y que la obra se presentara ante un público real. Lo que reafirma que lo vivido no se enseña en una diapositiva. Se aprende en el acto.

 

La UTPL apuesta por una presencialidad que no se reduce al aula, sino que se extiende a la escena, al taller, al laboratorio y a cada espacio donde el conocimiento se convierte en experiencia. Alfonsina ya planifica nuevas obras. Tiene en mente un monólogo para el próximo año y quiere volver a presentar su musical. Sabe que tiene las herramientas. Y sabe, también, que la universidad sigue siendo ese lugar donde se aprende, sí, pero sobre todo donde se actúa.

 

En la UTPL potenciamos la creatividad y el desarrollo de emprendimientos innovadores

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