Reconocer y premiar a los miembros de la universidad que viven el humanismo de Cristo es fundamental para fortalecer la identidad institucional y fomentar un ambiente de respeto, solidaridad y compromiso social.
Estos reconocimientos no solo celebran los logros individuales, sino que inspiran a otros y promueven una cultura de excelencia académica y desarrollo personal integral. Además, al destacar estos valores, la universidad contribuye a formar profesionales éticos y socialmente responsables, capaces de transformar positivamente la sociedad.
La ceremonia de proclamación del Premio Humanístico Tomás Moro de la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL), se llevó a cabo el viernes 26 de julio, como un reconocimiento que busca visibilizar y premiar a aquellos miembros de la UTPL que se distinguen por vivir los más altos valores humanos.
Manuel Yunga Saraguro, coordinador del área de Formación Integral de la UTPL, comenta que el premio Tomás Moro es el principal reconocimiento que realiza la universidad al mérito personal en relación con el aprendizaje continuo, el liderazgo ético y la vivencia del humanismo de Cristo. Estos tres atributos son rescatados de la figura de santo Tomás Moro, quien se caracterizó por su integridad.
El liderazgo ético se mide en función del comportamiento, del proceder y accionar de los funcionarios y estudiantes en el día a día.
El aprendizaje continuo va más allá de las actividades académicas, puesto que toma en cuenta todas las formas de capacitarse y formarse que tiene una persona para aportar a la resolución de actividades en el día a día.
“Lo que procuramos con este reconocimiento institucional es la promoción de los más altos valores evangélicos que tenemos como universidad católica y promover la lógica del ejemplo en el trabajo. Consideramos que con este premio estamos reconociendo el desarrollo humanístico en relación con la formación integral”, expresa Yunga.
Este premio se entrega desde hace aproximadamente 15 años y el primero que se otorgó fue para los estudiantes; después, se sumó el personal administrativo, que involucra a los centros universitarios, y, por último, los docentes para conformar las tres categorías actuales, agrega el catedrático.
Proceso
Uno de los parámetros para ser tomado en cuenta para este reconocimiento, es que el personal debe contar con un mínimo dos años de antigüedad en la institución (aplica para todas las categorías). La persona seleccionada es nominada como representante por sus propios compañeros en cada una de las carreras y departamentos de la modalidad presencial.
Después de estas nominaciones y del respectivo proceso de evaluación, los nominados participan de una convivencia y se determinan tres representantes finalistas por cada una de las categorías. Entonces, se realiza una votación con los compañeros del candidato a propósito de sus atributos. Esta votación equivale al 50% de la calificación; el otro 50% es adjudicado por un jurado calificador conformado por las autoridades universitarias. La persona que tenga mayor puntuación en su categoría obtendrá el reconocimiento.
Ganadores
Se nominaron a estudiantes y docentes de varias carreras pertenecientes a las facultades de Ingenierías y Arquitectura; Ciencias Económicas y Empresariales; Ciencias de la Salud; Ciencias Sociales, Educación y Humanidades; y Ciencias Exactas y Naturales. Entre todos los candidatos, Adriana del Cisne Minga Yangari de la carrera de Logística y Transporte resultó ganadora en la categoría “estudiantes”. Mientras que, en la “categoría” docentes, se otorgó el premio a Luz María Castro Quezada, del Departamento de Economía. Finalmente, en la categoría “personal administrativo”, se reconoció a Francisco Oswaldo Vargas Naula de la Dirección General de Tecnologías de la Información y Transformación Digital, como el acreedor al premio.
El premio tiene un impacto significativo en la imagen de la universidad, pues resalta su esencia al promover los valores en un mundo complejo para fomentar la formación integral. Asimismo, para la comunidad universitaria, representa una oportunidad para ser tomadores de decisiones y propiciar acciones que puedan ejecutarse en torno al bienestar integral de la sociedad.
El premio procura no perder de vista al humanismo de Cristo y apostar por una formación de calidad donde las personas se preocupen por motivar y cuidar a otros seres humanos.