El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo estima que más de la mitad de la población mundial reside en zonas urbanas, ante ello el escenario impuesto por la pandemia y la crisis climática motivan la creación de nuevos acuerdos, para alcanzar un desarrollo urbano sostenible. 

Mercedes Del Cisne Torres, coordinadora de la maestría en Planificación del Territorio de la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL), menciona que la pandemia trajo consigo nuevos desafíos para la planificación, como repensar la visión de la sostenibilidad de las ciudades, el uso del espacio público, la conciliación con la biodiversidad, entre otros. 

“Anteriormente, los expertos en urbanismo coincidieron en que la conectividad era un pilar fundamental para el ordenamiento de la ciudad. Sin embargo, con la pandemia, han surgido nuevas necesidades, como el aislamiento para frenar la expansión del covid-19. Por ello, ha cobrado fuerza la idea de cambiar los modelos de planificación”, comenta Torres. 

Cambiar los métodos de planificación ha logrado frenar la expansión de la pandemia en este campo

En Ecuador, existen 17 millones de personas y más del 60% habitan en áreas urbanas, por ejemplo, la mayor parte de la población se concentra en ciudades como Quito, Guayaquil, Cuenca y Machala. Hoy en día, la planificación territorial ha fijado mayor atención en el análisis de riesgos, considerando a la pandemia como un factor determinante. 

Además, detalla la importancia de fortalecer varias características en las ciudades, como: 

1. Resiliencia: las ciudades deberían tener la capacidad de afrontar crisis de índole natural o biológica. La ordenación y gestión de los espacios debería minimizar cualquier tipo de amenaza y así evitar que la población esté en riesgo.
2. Seguridad: la mayor parte de riesgos que asolan a las urbes se pueden prevenir. Por lo tanto, es esencial realizar análisis de riesgos. En la actualidad, existen amenazas como el cambio climático, que no se están tomando en cuenta.
3. Servicios básicos: las ciudades deben ser multifuncionales y brindar facilidades a sus habitantes. Hoy en día, se habla de las ciudades de los 15 minutos, como una metáfora de la importancia de contar con todos los servicios cerca al hogar.
4. Conciliación con la biodiversidad: una mayor biodiversidad permite que las ciudades sean más resistentes a condiciones adversas. Además, mejora la calidad de vida de las personas al disminuir los riesgos existentes para la salud.

5. Diversificación de actividades: muchas ciudades se han enfocado en la actividad turística, lo que las ha vuelto frágiles a crisis como la pandemia. Este contexto, ha remarcado la trascendencia de impulsar otras actividades estratégicas.

Desde la UTPL, en la maestría de Planificación del Territorio se reflexiona sobre la importancia de cambiar la visión sobre cómo se construyen y ordenan las ciudades, para el desarrollo de estrategias de sostenibilidad, basados en lograr un equilibrio entre lo urbano y rural, descentralizar las urbes y aprovechar las ventajas de las ciudades intermedias.

La pandemia trajo un replantamiento estratégico en la planificación de territorios

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