Hoy, 1 de noviembre de 2024, nos despedimos de un gran pilar de la educación en Ecuador, Ticiano Cagigal García. Su legado perdurará en los corazones de quienes tuvieron la fortuna de conocerlo y en las generaciones de estudiantes, especialmente de la UTPL, que se beneficiaron de su gran compromiso con la enseñanza.
Ticiano nació el 3 de marzo de 1937 en Las Heras de la Peña Palencia, España. Desde muy joven, a los once años, se unió a la Congregación de los Hermanos Maristas, donde comenzó a sentir el llamado a la vida religiosa. Su familia fue un apoyo constante en su camino hacia el sacerdocio. A pesar de los desafíos, como su expulsión de Cuba durante la Revolución Comunista, Ticiano siempre encontró un nuevo rumbo y un propósito en su vocación.
En 1966, su destino lo llevó a Ecuador, donde empezó su trabajo por la educación en Quito. Fue uno de los fundadores de la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL). Su labor como canciller realizado en dos periodos: 17 de diciembre de 1976 y 9 de octubre de 1996, fue fundamental para el desarrollo de esta institución. Además, su contribución a la Modalidad Abierta y a Distancia dejó una huella imborrable en la educación ecuatoriana.
Santiago Acosta Aide, rector de la UTPL, expresa su solidaridad por este lamentable deceso. Destaca que el compromiso y visión del Hermano Marista Ticiano Cacigal García fueron fundamentales para desarrollar el modelo de educación a distancia en la UTPL, un enfoque que abrió las puertas de la educación superior a miles de estudiantes y educadores que, por limitaciones de tiempo o ubicación, no podían acceder a una universidad tradicional. Su legado marcó un antes y un después en el ámbito educativo, promoviendo oportunidades que han transformado la vida de muchos ecuatorianos, especialmente en comunidades alejadas.
Ticiano no solo fue un líder administrativo, sino también un educador apasionado. Durante los primeros años de la universidad, impartió clases de Matemáticas, sembrando la semilla del conocimiento en sus alumnos. Su dedicación a la educación y su visión de una universidad accesible resonaron profundamente en la comunidad de Loja, que respondió con entusiasmo y apoyo.
A lo largo de su vida, enfrentó momentos difíciles, sin embargo, su fe y compromiso con el evangelio siempre lo guiaron. Ticiano era conocido por su carácter tranquilo, pero su firmeza en las convicciones religiosas era notable. “Tici”, como cariñosamente lo llamaban, vivió de acuerdo con los valores que su fundador, San Marcelino Champagnat, le inculcó: la fraternidad y el servicio a los demás.
Su amor por la comunidad se manifestó en su trabajo diario en el colegio Marista de Catacocha y en su dedicación al Hogar Champagnat, donde brindaba apoyo a los estudiantes más necesitados. Además, desde 2014, dirigió el programa radial "Luz del Evangelio", un espacio donde compartía reflexiones y enseñanzas bíblicas, acercando la espiritualidad a quienes lo escuchaban.
Ticiano fue un artista talentoso que dejó un legado de más de 3.000 pinturas a lo largo de su vida. Su pasión por la pintura se despertó en la infancia y, con el tiempo, encontró inspiración tanto en la naturaleza como en destacados artistas ecuatorianos, como Eduardo Kingman. Un claro reflejo de su dedicación al arte y la cultura es su exposición “El Pincel Marista” en el Museo del Banco Central de Loja. Su influencia se manifiesta en los elementos tangibles de la universidad, como el diseño de la Cruz UTPL, el escudo institucional, el mural de la capilla y otras obras que enriquecen el patrimonio arquitectónico de la Universidad Técnica Particular de Loja.
En sus reflexiones sobre el liderazgo en la Iglesia, Ticiano describió al Papa Francisco como “una joya” del siglo XXI, destacando su sencillez y su vivencia del evangelio. Su admiración por el Papa reflejaba su deseo de una Iglesia más cercana y humana, una comunidad donde todos fueran bienvenidos.
El hermano marista, Mariano Morante Morante, expresó que la muerte de Ticiano representa una gran pérdida para la colectividad lojana y ecuatoriana "un gran hermano, un gran ser humano que durante toda su vida mantuvo su sabiduría, su trabajo y su misión en favor de la juventud lojana. Una persona íntegra que favoreció el progreso, la cultura, la ciencia y el desarrollo de los valores humanos. Un visionario de la educación a distancia y un artista que plasmó el sentimiento de lo universal, de lo individual y de la realidad social en sus obras".
Hoy, despedimos a Ticiano Cagigal, un hombre que dedicó su vida a la educación, el arte y el servicio. Su legado vivirá en la UTPL, en los corazones de sus alumnos y en la comunidad que tanto amó. Que su ejemplo nos inspire a seguir trabajando por un mundo más justo y educado. ¡Descansa en paz, querido Ticiano!