UTPL marca empleadora líder en educación superior en Ecuador

En Ecuador, la educación inicial enfrenta serios desafíos que afectan el acceso y la calidad del aprendizaje en la primera infancia. Factores como la ruralidad o los flujos migratorios influyen en el desarrollo educativo de los niños más pequeños. Además, la desnutrición infantil y la pobreza agravan la situación, pues limitan el pleno ejercicio del derecho a la educación desde los primeros años de vida.
Según un estudio desarrollado por 25 organizaciones no gubernamentales (ONG) relacionadas con la infancia, hasta junio de 2024, el 36% de los niños en Ecuador vivía en hogares pobres, con una incidencia mayor en áreas rurales, indígenas, montubias y afroecuatorianas; condición que impacta directamente en su acceso a servicios esenciales como salud, nutrición y educación. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) enfatiza que garantizar estos servicios desde una edad temprana es fundamental para romper ciclos intergeneracionales de pobreza.
El embarazo adolescente también es un factor determinante. América Latina y el Caribe tienen la segunda tasa de fecundidad adolescente más alta del mundo, en el país, la tasa de fecundidad en adolescentes (de 15 a 19 años) es de aproximadamente 54 nacimientos por cada 1.000 adolescentes, una de las más altas de la región, situación que repercute en la educación inicial, pues muchas madres jóvenes enfrentan barreras para garantizar el cuidado y la educación de sus hijos.
Durante el Primer Encuentro Internacional para la Educación Inicial “Inspira y Educa”, organizado por el Ministerio de Educación con el respaldo de la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL), la experta mexicana Paola Ponciano, magíster en Desarrollo Humano y Capital Intelectual en Recursos Humanos, sostuvo que las barreras de acceso a la educación en Ecuador están relacionadas con factores estructurales y socioculturales.
"Las condiciones de vida, la falta de infraestructura adecuada, la migración y la ausencia de políticas de cuidado temprano afectan significativamente el desarrollo educativo en la primera infancia", explica.
Otro de los problemas graves que enfrenta la educación inicial es la desnutrición crónica infantil, que afecta el desarrollo cognitivo y emocional de los niños, ya que reduce su rendimiento académico a largo plazo y limita sus oportunidades futuras. La Estrategia Nacional Intersectorial para la Primera Infancia busca coordinar y articular servicios de salud, desarrollo infantil y educación inicial para mitigar este problema, pero su alcance sigue siendo limitado.
Más de 450.000 niños, niñas y adolescentes en el país están fuera del sistema educativo. En el año lectivo 2024-2025, se registraron más de 19.000 estudiantes que abandonaron sus escuelas y colegios. Aunque el Ministerio de Educación reportó que otros 53.400 lograron retomar sus estudios, la cifra de deserción sigue siendo alarmante. Es así que Ponciano recalca la importancia de un enfoque integral para garantizar la educación inicial inclusiva.
"Es fundamental que las políticas educativas no se enfoquen solamente en ampliar la cobertura, sino también en mejorar la calidad, ello implica formación especializada para los docentes, inversión en infraestructura y la creación de programas que respondan a la diversidad de contextos de los niños. Todo acto de educación es político y revolucionario", argumentó.
Enfrentar estos desafíos es un paso crucial para garantizar que todos los niños ecuatorianos tengan acceso a una educación inicial de calidad, que promueva su desarrollo integral y les permita alcanzar su máximo potencial.