Reafirmamos el liderazgo en educación a distancia con reconocimiento internacional en Iberoamérica


Imaginen un grupo de estudiantes de la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL) llegando a un barrio de la ciudad para acompañar tareas escolares, conversar con familias y observar cómo las dinámicas cotidianas moldean la convivencia. Un acto que empieza como una actividad académica termina convirtiéndose en un espejo que muestra por qué la ciencia, cuando se conecta con la vida real, puede ayudar a transformar los espacios. Ese ejercicio resume la forma en que la universidad ha venido entendiendo su responsabilidad en torno a la paz y al desarrollo sostenible.
Desde esa experiencia cercana al territorio, la universidad estructura su aporte institucional a través de la Cátedra UNESCO de Cultura y Educación para la Paz. El trabajo se enfoca en articular formación, investigación y acción, de modo que la cultura de paz no sea un concepto abstracto, sino un principio que atraviese mallas curriculares, proyectos académicos y relaciones con comunidades. La universidad plantea que la ciencia debe partir de una lectura amplia de la paz, no limitada a la ausencia de conflicto, sino orientada a fortalecer condiciones de convivencia que permitan a las personas desarrollar sus capacidades.

A partir de esa visión, la UTPL organiza iniciativas que combinan investigación aplicada y presencia sostenida en territorio. Gabriela Moreira Aguirre, decana de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas, explica que esta labor se articula desde un compromiso internacional con la ciencia orientada al bienestar social. Para ella, la ciencia para la paz y el desarrollo invita a reflexionar sobre la responsabilidad global de orientar la investigación hacia fines que contribuyan al bienestar social. Hablar de paz implica pensar en las condiciones que permiten convivir y desarrollar una vida en común de forma más plena. Esta perspectiva abre la posibilidad de que cada disciplina aporte desde sus propias herramientas y enfoques, fortaleciendo así el impacto de la investigación generada en la universidad.
El trabajo de la Cátedra UNESCO, vigente en la UTPL desde el 2012, se ha consolidado a través de proyectos que analizan problemáticas como la violencia contra las mujeres, el racismo o los mecanismos de justicia comunitaria.
Moreira señala que la UTPL ha sostenido este enfoque porque “la institución puede cumplir de manera simultánea las funciones de investigación, docencia y vinculación asociadas al tema de la paz”, lo que facilita integrar estas temáticas en mallas académicas y en procesos colaborativos con otros actores sociales.
Estas líneas de acción permiten que los resultados no se queden en diagnósticos, sino que se traduzcan en propuestas y herramientas útiles para instituciones y comunidades.

La experiencia con barrios de la ciudad de Loja evidencia que la investigación universitaria puede transformarse en un proceso de aprendizaje mutuo. En estos espacios, estudiantes y docentes han desarrollado talleres con niños y familias, procesos de alfabetización y acompañamiento comunitario que han permitido identificar brechas y diseñar intervenciones más ajustadas a la realidad.
Para Moreira, este tipo de actividades responde a un desafío central: “reducir la brecha entre la investigación que hacemos desde el escritorio y las necesidades que tienen las comunidades. Para eso, las universidades deben conectarse más con los territorios para identificar bien sus necesidades”.
Este enfoque también se vincula con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, especialmente el ODS 16, que aborda paz y fortalecimiento institucional. La UTPL proyecta que cada facultad impulse su propio espacio de investigación para la paz, de manera que áreas como la economía, la educación o la salud generen soluciones basadas en evidencia y orientadas a mejorar las condiciones de vida. Esta ruta busca consolidar un modelo donde la ciencia no solo analiza la realidad, sino que participa activamente en su transformación.



