La Vivienda de Interés Social y su aporte al desarrollo de las comunidades

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La Vivienda de Interés Social (VIS) es un sector clave para el desarrollo social, urbano y económico de las sociedades, ya que detrás de este tipo de edificaciones existen varias cadenas productivas que contribuyen con la generación de empleo, aportan a la creación de patrimonio para las familias, permiten reducir las desigualdades sociales y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.

Según un estudio del Plan Internacional publicado en 2022, en Ecuador, 1.5 millones de personas viven hacinadas en casas ‘autoconstruidas’. Además, el 25% de hogares en el país, está conformado por cinco o más miembros y tienen una sola habitación para dormir. Esta situación es producto de los altos niveles de informalidad laboral (5 millones de habitantes, según el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos) y de la falta de soluciones habitacionales accesibles para los sectores más vulnerables de la población.

Hasta el 2021 el MIDUVI construyó 4.7 millones de viviendas en Ecuador.

Claudia González Roldán, directora del programa de maestría en Arquitectura con mención en Vivienda de Interés Social de la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL), menciona que, frente a esta realidad, un gran número de ciudadanos opta por usar recursos propios para financiar la construcción de su vivienda, sin que exista un proceso de planificación ni garantía de que dichas edificaciones cumplan con estándares de habitabilidad.

En Ecuador, según un diagnóstico efectuado en el 2021 por el Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda - MIDUVI, hay 4.7 millones de viviendas construidas; sin embargo, más de 2.7 millones de hogares sufren de déficit habitacional. Estos datos elevados de déficit habitacional demuestran las carencias que tienen las edificaciones y las bajas condiciones en las que habita la población.

En este sentido, González señala que las VIS no son una meta u objetivo, sino un medio para mejorar la calidad de vida de la población. Por lo tanto, la catedrática considera que se debe impulsar el desarrollo de proyectos integrales de vivienda social, ya que la oferta actual es todavía muy reducida.

A nivel nacional, según datos del MIDUVI existen 2.823 proyectos inmobiliarios registrados en 80 ciudades; no obstante, de esa cantidad, solo el 26% o 721 proyectos son del segmento VIS. González atribuye la débil oferta de este tipo de proyectos a los múltiples retos que enfrentan los constructores, así como a la visión negativa que existe entre la población, debido a que se ha asociado a las Viviendas de Interés Social con soluciones habitacionales de baja calidad constructiva, sin tomar en cuenta los beneficios que pueden ofrecer a toda la comunidad.

Existen 2.823 proyectos inmobiliarios registrados en 80 ciudades del Ecuador.

Para la catedrática, la clave para transformar esta realidad reside en la generación de políticas públicas que permitan diseñar e impulsar propuestas que garanticen la construcción de viviendas dignas, conectadas con la ciudad, dotadas de espacios habitables, con acceso a servicios básicos y vinculadas con el entorno social.

“Todos los actores que forman parte del sector inmobiliario deben enfocarse en generar respuestas y alternativas de soluciones habitacionales para la diversidad social del país. Desde la academia, impulsamos una visión que se enfoca en construir la ciudad desde la óptica del ciudadano, atendiendo a diferentes problemáticas, como las brechas sociales, el cambio climático y el crecimiento poblacional”, destaca González. Bajo esta línea, la especialista en Arquitectura señala algunos de los factores que son esenciales en torno a esta nueva visión sobre el segmento VIS:

1. Sostenibilidad: diseños que aprovechen al máximo el entorno natural, ahorro y uso de materiales eficientes, energías alternativas para la construcción.

2. Relación vivienda-ciudad: cercanía a equipamientos urbanos (instituciones educativas, hospitales, centros comerciales, etc.), líneas de transporte y espacios públicos (parques y zonas recreativas).

3. Espacios habitables: contar con suficientes espacios, la vivienda debe tener un diseño valioso que permita aprovechar todos los ambientes y reducir los niveles de y déficit de habitabilidad.

4. Cohesión social: los espacios deben fomentar la interacción social y generar sentido de pertenencia entre los habitantes de una comunidad.

5. Diversidad social: la sociedad se está transformando y, por ello, es vital conocer las necesidades habitacionales vigentes y generar proyectos que respondan a diferentes tipos de familias, ya sea que se trate de grupos reducidos o numerosos.

Desde la maestría en Arquitectura con mención en Vivienda de Interés Social de la UTPL se gestiona talleres y capacitaciones para desarrollar nuevas metodologías y ejecutar ejercicios que contribuyan a la reflexión sobre la importancia de transformar la visión en torno a la Vivienda de Interés Social.

 

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