Soluciones para la congestión vehicular en Ecuador

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La movilidad es una de las principales preocupaciones en la actualidad, es por ello que el desarrollo urbano y el crecimiento poblacional, así como el incremento del parque automotor, han provocado que varias ciudades alrededor del mundo se vean afectadas por la congestión vehicular.

Según el informe Global Traffic Scorecard, de la firma de análisis de transporte Inrix, las ciudades con el “peor tráfico” son Londres (Inglaterra), París (Francia) y Bruselas (Bélgica), considerando que en promedio, un conductor pierde unas 148 horas al año a causa de los atascos y el caos vehicular.

Esta investigación analizó datos de más de 1.000 distritos, en 50 países, incluyendo varias localidades de Ecuador, en el cual los resultados no son muy alentadores. En el caso de Quito, los conductores pierden cada año alrededor de 63 horas por la congestión vehicular. El escenario es similar en Guayaquil, donde las personas que se desplazan en automóviles o vehículos similares pasan 47 horas al año atrapadas frente al volante por el tráfico.

Quito y Guayaquil en el top 10 de ciudades con dificultades de movilidad en América Latina

Carolina Parreño Bonilla, docente investigadora de la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL) señala que este escenario ha provocado que Quito y Guayaquil se sitúen en el top 10 de las ciudades con mayores dificultades de movilidad en América Latina. Además, advierte que el tráfico debería ser un tema de atención urgente por parte de los Gobiernos debido a que genera afectaciones en múltiples ámbitos, especialmente en lo económico.

Por citar un ejemplo, en el caso de la capital, el Concejo Metropolitano aprobó un presupuesto de más de 830 millones de dólares para 2022. De ese rubro, 516 millones serán destinados a temas de movilidad.

“La ciudadanía pierde demasiado tiempo a causa del tráfico. Esto, a su vez, provoca que la sociedad vea afectada su productividad. Además, los automóviles son menos eficientes y sufren un mayor desgaste por la congestión vehicular, lo que incide de forma directa en el plano ambiental. Las consecuencias de esta problemática representan gastos y pérdidas para el Estado”, explica Parreño.

Para Parreño, la falta de una estrategia integral ha provocado que la congestión vehicular se convierta en un “problema de difícil solución”. En este sentido, explica que se ha abordado la situación sólo desde el punto de vista vehicular (pico y placa), sin considerar aspectos como la cultura de movilidad y la creación de medios alternativos de transporte.

En este sentido, la catedrática plantea algunas soluciones para garantizar que exista una adecuada movilidad:

1. Infraestructura interconectada: uno de los criterios para garantizar una movilidad sostenible e inteligente es la incorporación de tecnología que permita integrar las diferentes partes de un sistema de transporte en la nube. De esta forma, será mucho más sencillo identificar y controlar situaciones que provocan congestión vehicular (fallas en semáforos, accidentes de tránsito, horas pico, entre otros).

2. Recolección y análisis de datos: la implementación de nuevas tecnologías no solo permite mejorar la eficiencia en la gestión del tránsito, también brinda la posibilidad de recopilar información que puede resultar vital al momento de planificar estrategias, como patrones de movilidad, cantidad de vehículos, zonas de congestión, horarios y días con mayor flujo de tránsito. Sin datos, no es posible pensar en una estrategia efectiva para atender esta problemática.

3. Medios alternativos de transporte: el crecimiento del parque automotor es uno de los principales factores que influye en la congestión vehicular. Por este motivo, es esencial cambiar el ‘chip’ de la ciudadanía y romper con la idea de “un auto, un conductor”. Hoy en día, para aliviar el tráfico, es necesario que los ciudadanos también colaboren en la búsqueda de soluciones como: compartir vehículo, usar la bicicleta o viajar en el transporte público. Esto implica fortalecer la cultura de movilidad.

4. Contar con profesionales especializados: el diseño de políticas públicas de movilidad debe estar a cargo de profesionales certificados en Logística y Transporte. Solo de esta manera, existirán garantías de que las medidas que se adopten cuenten con una visión técnica. Los profesionales, de forma periódica, deberán recopilar e interpretar información, para corregir las estrategias, según las exigencias del contexto.

5. Uso de aplicaciones: todas las salidas llevan a la digitalización de las ciudades. El tráfico representa caos y la mejor forma de “poner orden” es, quizá, a través de la tecnología. La implementación de aplicaciones puede resultar muy útil si se enfocan los esfuerzos en garantizar oportunidades, para que la ciudadanía pueda planificar con anticipación su desplazamiento, definir horarios y preferencias de transporte. Además, el uso de este tipo de herramientas también facilitará que los usuarios accedan a información sobre el comportamiento del tránsito y tomen decisiones con el fin de evitar la congestión vehicular.

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