La ciberdelincuencia se ha convertido en una de las principales amenazas en la era digital, afectando de manera desproporcionada a las mujeres. Según un informe de la ONU, el 73% de las mujeres ha estado expuesta o ha experimentado alguna forma de violencia en línea, esto pone en evidencia la necesidad urgente de una educación que genere mecanismos de ayuda contra estas agresiones, que van desde el acoso y la intimidación hasta la difusión no consensuada de imágenes íntimas y el robo de identidad.

Como lo comprueban múltiples investigaciones, el simple hecho de que las mujeres y las niñas estén en línea las coloca en riesgo de ser víctimas de violencia de género, que se incrementa cuando participan activamente en el debate digital o en la vida política, o cuando se pronuncian a favor de los derechos humanos o de la igualdad de género. Según estudios de Unicef, más de un tercio de los usuarios de internet son menores de 18 años y el 56% de las niñas, niños y jóvenes entre 15 y 24 años ha experimentado algún tipo de violencia en línea.

En Ecuador, el acceso a internet ha aumentado considerablemente, alcanzando el 60,4% de los hogares en el país. De este porcentaje, el 73,3% utiliza su conexión a internet, principalmente para actividades comunicacionales y redes sociales. Esta realidad plantea la posibilidad de enfrentar situaciones de violencia digital.

Para analizar los desafíos de esta problemática, la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL) reunió a destacados especialistas en ciberseguridad, derechos digitales y violencia de género.

 

Clases de ciberdelitos contra mujeres: perspectiva de género

Kety Castro Tituaña, jueza de la Unidad Judicial Especializada Contra la Violencia a la Mujer y la Familia de Tumbaco, explica que la ciberdelincuencia tiene que ver con el uso de sistemas informáticos para causar daño o amenazar con violencia que puede resultar en daños físicos, sexuales, psicológicos o económicos.

“La violencia surgida con la tecnología busca humillar, ejercer dominio o generar miedo en la víctima, miedo incluso de usar la tecnología para relacionarse con otras personas. El alcance, la permanencia y la rapidez con la que puede llegar contenido no autorizado es gigante”, sostuvo la jueza.

La ciberdelincuencia vulnera varios derechos fundamentales de las mujeres como la dignidad, propiedad, igualdad, integridad física y moral, libertad ideológica, protección de la salud, libertad y seguridad, y asociación.

 

Convenio de Budapest y la ciberdelincuencia

Ricardo Andrade Ureña, juez de la Unidad Judicial Penal del cantón Loja, destaca la importancia del Convenio de Budapest en la lucha contra la ciberdelincuencia. Este convenio es el primer tratado internacional que busca abordar los delitos cometidos a través de internet y otras redes informáticas, a partir del establecimiento de una base común para la cooperación internacional y la armonización de leyes nacionales.

“El Convenio de Budapest es fundamental para Ecuador porque nos permite tener un marco legal robusto y una colaboración efectiva con otros países en la persecución de delitos cibernéticos. Este tratado facilita la recopilación de pruebas electrónicas y la extradición de delincuentes, algo crucial en un mundo donde los ciberdelincuentes pueden operar desde cualquier lugar del planeta”, indicó Andrade Ureña.

El juez también enfatizó la importancia de la capacitación y la formación continua de los profesionales del derecho en temas de ciberdelincuencia y ciberseguridad.

“Es esencial que los jueces y fiscales estén actualizados con las últimas tecnologías y métodos utilizados por los delincuentes, así como con las mejores prácticas internacionales para combatir estos delitos”, añadió.

 

Factores vulnerables de riesgo en víctimas de ciberdelitos con perspectiva de género

Por su parte, Pavlova Astaiza Vallejo, jueza de la Unidad Judicial Especializada Contra la Violencia a la Mujer y la Familia de Quito, señala que las mujeres y niñas son especialmente vulnerables a los ciberdelitos debido a una combinación de factores sociales, económicos y culturales.

“La falta de educación digital y la escasa conciencia sobre los riesgos en línea aumentan la vulnerabilidad de las mujeres. Además, las normas de género y los roles tradicionales pueden limitar el acceso de las mujeres a la tecnología y a recursos de protección”, explicó Astaiza Vallejo.

La jueza también subrayó la importancia de una perspectiva de género en la formulación de políticas y programas de prevención y respuesta a la ciberdelincuencia.

“Es esencial que las estrategias para combatir la ciberdelincuencia tengan en cuenta las experiencias y necesidades específicas de las mujeres para garantizar su seguridad y sus derechos en el entorno digital”, concluyó.

 

Recomendaciones

Los expertos coincidieron en la necesidad de promover la educación y sensibilización sobre los riesgos digitales, fortalecer la legislación, fomentar la cooperación internacional y establecer mecanismos de apoyo integral para las víctimas de ciberdelincuencia. La investigación continua y la creación de estrategias inclusivas son cruciales para enfrentar estos desafíos y proteger a las personas más vulnerables.

El seminario de la UTPL proporcionó una plataforma para el intercambio de conocimientos y experiencias, pues subrayó la importancia de abordar la ciberdelincuencia y la violencia de género de manera integral y colaborativa en la era digital.

 

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