La cooperación internacional encuentra en la academia un aliado para el desarrollo sostenible

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El mundo enfrenta cada vez diferentes desafíos globales que multiplican las crisis climáticas, migratorias, económicas y de seguridad, y ese escenario ha hecho que   cooperación internacional se convierta en una herramienta de suma importancia para avanzar hacia el desarrollo sostenible. Este mecanismo canaliza recursos financieros, conocimiento técnico y humano, con el fin de responder a necesidades urgentes de los países en vías de desarrollo.

En Ecuador, la cooperación internacional ha respaldado proyectos vinculados al cuidado ambiental, la equidad de género, el fortalecimiento de competencias, la capacitación y el fomento al emprendimiento, iniciativas que buscan impactar directamente en comunidades que enfrentan limitaciones estructurales, mediante la mejora de su calidad de vida y la generación de oportunidades.

“La cooperación internacional se vuelve una vía a través de la cual se pueden gestionar recursos y fondos para solventar necesidades, implementar proyectos y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos”, afirma Mónica Costa Ruiz, directora de la maestría en Cooperación Internacional para el Desarrollo Sostenible de la UTPL.

Consciente de la necesidad de profesionales especializados en diseñar y gestionar proyectos de cooperación, la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL) impulsa una maestría que responde a las exigencias del contexto global. El programa, explica Costa, está estructurado en tres ejes fundamentales: el diseño de proyectos bajo la metodología de marco lógico, la comprensión de los actores y de las fuentes de financiamiento de la cooperación internacional, y el enfoque en desarrollo sostenible con énfasis en emprendimiento.

“Nuestros estudiantes aprenden a identificar fuentes de financiamiento, a establecer alianzas multiactor y a proponer soluciones a necesidades reales. Incluso, durante su formación, diseñan proyectos de vinculación con gobiernos locales que les permiten tener contacto directo con comunidades y territorios”, detalla la directora.

Coordina proyectos, e identifica las necesidades sociales y económicas para aportar al desarrollo de los países.

 

La apuesta de la universidad ha permitido que los estudiantes, además de formarse en las aulas, también accedan a escenarios prácticos. Durante la maestría, los proyectos de vinculación con Gobiernos Autónomos Descentralizados (GAD) municipales y parroquiales se vuelven en espacios de aplicación de conocimientos y de construcción de soluciones para realidades concretas. Un ejemplo de ello es una propuesta elaborada junto al GAD de Manta, enfocada en fortalecer la seguridad ciudadana, que fue socializada con la alcaldía local y recibió una acogida positiva.

La experiencia de los egresados refleja el impacto de esta formación, un ejemplo de ello es Karol Fierro, quien se destacó como la mejor graduada del programa y demostró cómo la maestría impulsa trayectorias profesionales y abre horizontes laborales. Casos como el suyo se multiplican en la red de Alumni, donde varios graduados han logrado presentar proyectos de cooperación y captar financiamiento internacional, lo cual ha consolidado la conexión entre la academia, las comunidades y los organismos cooperantes.

Costa advierte que muchas veces los gobiernos locales no cuentan con equipos capacitados para gestionar la cooperación, lo que limita la captación de fondos. A ello se suma la crisis de seguridad que atraviesa el país, lo que también incide en la confianza de los organismos cooperantes.

“Más allá de los retos que enfrenta la cooperación internacional, es el país el que necesita prepararse para captar esos fondos. En ocasiones, la falta de conocimiento en el diseño de proyectos y en la gestión de la cooperación dificulta aprovechar estas oportunidades”, sostiene.

Forma parte de la Maestría en Cooperación Internacional para el Desarrollo Sostenible.

 

Es por ello que la UTPL ha asumido el compromiso de preparar profesionales capaces de responder a estos desafíos. Su labor ha gestionado fondos internacionales para programas de formación continua, como las becas Erasmus que beneficiaron a 40 personas en diplomados sobre cooperación, financiamiento y movilidad humana.

La directora es firme en señalar que la cooperación internacional requiere de trabajo arduo para diseñar proyectos, establecer relaciones y alianzas; por ende, los futuros profesionales requieren adquirir competencias que les permitan tocar las puertas de la cooperación y, sobre todo, captarlas.

La cooperación internacional sigue siendo, entonces, un puente entre las necesidades locales y los recursos globales. Su futuro dependerá tanto de la capacidad de los países para gestionar proyectos como del compromiso de instituciones educativas que, como la UTPL, preparan a los profesionales llamados a liderar la transformación de sus comunidades.

 

Desde la UTPL trabajamos en proyectos de vinculación que aportan al desarrollo sostenible

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