Sueños que se construyen gracias a la educación en modalidad a distancia y en línea

En 1976, cuando Santo Domingo apenas comenzaba a perfilarse como una de las ciudades más jóvenes del Ecuador, un hecho marcaría su historia educativa, la llegada de la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL) con su modelo de educación a distancia, lo que la convirtió en pionera en ofrecer esta modalidad no solo en la región, sino en todo el país.
“Sabemos que la UTPL está en Santo Domingo desde 1976, el mismo año en que se creó la modalidad de estudios a distancia en el país. Un mes después ya estábamos aquí, rompiendo las barreras geográficas y ofreciendo educación de calidad, especialmente en carreras para docentes”, recuerda Karina Rojas, gerente comercial de la zona 4 UTPL.
La primera carrera ofertada estuvo relacionada con la docencia, contó, mayoritariamente, con docentes del Magisterio ecuatoriano que aún no contaban con un título de grado. Esa apuesta inicial se convirtió en semilla de un proceso transformador; hoy, rectores de colegios, profesores de varias generaciones y profesionales de distintos sectores reconocen a la UTPL como la institución que les permitió alcanzar un título universitario sin dejar su vida familiar o laboral.
“Se formó un sentido de pertinencia de la comunidad frente a la universidad, al punto que quienes ya estudiaban con nosotros se convertían en nuestros voceros e invitaban a sus familiares y amigos a acceder a esta opción de estudio”, agrega Luis Moncada Mora, director de Calidad y Centros Universitarios.
El crecimiento fue paulatino, pero constante. De una sola carrera en 1976, el centro ofrece, en la actualidad, 25 programas académicos, oferta que ha ido evolucionando para responder a las demandas del presente. Hoy, temas como la inteligencia artificial ya forman parte de la formación que reciben los estudiantes.
El centro también ha cambiado físicamente. A lo largo de su historia ha tenido tres sedes distintas, hasta llegar al edificio actual donde funciona desde hace 15 años, un espacio de tres pisos, con aulas modernas, un auditorio con capacidad para 60 personas y ambientes que están al servicio de la comunidad universitaria y público en general, pues son utilizados para actividades culturales y académicas abiertas a la ciudadanía como una forma de agradecer la confianza en la institución.
Además de los programas académicos, la UTPL en Santo Domingo ha dejado una huella social profunda. En los últimos cuatro años, la institución ha entregado más de 10.000 becas de excelencia académica a jóvenes de la ciudad. Estas becas se otorgan a abanderados y escoltas de instituciones educativas, para incentivar que los mejores estudiantes continúen con su formación superior.
El centro también ha tejido alianzas con federaciones deportivas, ligas barriales y asociaciones comunitarias, una vinculación que responde a su visión clara de la educación y el deporte como pilares inseparables del desarrollo humano. Gracias a ello, la universidad se ha posicionado como un referente académico socialmente responsable.
Los pasillos del centro guardan historias inspiradoras, una de ellas es la de Diana Coloma, concejala del cantón, graduada de la UTPL, que a pesar de tener una discapacidad visual, ha demostrado que las limitaciones no impiden liderar y servir a la comunidad.
Otra historia recuerda a los Alumni Hugo Guzmán, fundador y actual rector de la Unidad Educativa Particular “LATINO”, y Juan Carlos Nevares, exdirector del Cuerpo de Bomberos del cantón y actual responsable de Talento Humano de la Gobernación.
Los años recientes no han estado exentos de dificultades. La pandemia por el virus COVID-19 y la creciente inseguridad en el Ecuador pusieron a prueba la capacidad de adaptación de la universidad. Sin embargo, la modalidad a distancia se convirtió en su mayor fortaleza.
“El cambio más fuerte fue pasar de evaluaciones presenciales a evaluaciones en línea, pero nuestros estudiantes no sintieron un impacto mayor porque ya estaban familiarizados con las plataformas digitales”, asegura Rojas.
El acompañamiento virtual, las salas de Zoom y los canales de atención remota permitieron que estudiantes de sectores rurales, que podían tardar horas en llegar a la sede, siguieran recibiendo apoyo académico sin salir de casa. Hoy, el centro apuesta por consolidar carreras que dialoguen con las necesidades de la provincia. Un ejemplo es Agronegocios, que combina administración y formación agrícola en una región caracterizada por sus extensas fincas y producción ganadera.
“Agronegocios lo tiene todo para que el estudiante sea considerado como un profesional competitivo y requerido por las empresas locales”, explica.
A casi cinco décadas de su llegada, el centro UTPL en Santo Domingo sigue siendo pionero y referente, abrió la puerta a la educación superior en modalidad a distancia y se convirtió en un aliado de las instituciones locales y en un espacio donde miles de jóvenes y adultos han encontrado un camino hacia el futuro.