La educación superior como herramienta para transformar la vida de las mujeres rurales

En el año 2000, una visión audaz comenzó a tomar forma en la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL). Bajo el liderazgo del rector Luis Miguel Romero y con la dirección del doctor Vicente Rodríguez, la carrera de Medicina abrió sus puertas con un propósito claro: integrar la ciencia, la tecnología y los valores humanos en la educación de profesionales capaces de transformar el sistema de salud. Lo que inició a través del préstamo de laboratorios de otras disciplinas, hoy se consolida como un referente académico con infraestructura propia, que incluye un hospital simulado que prepara a los estudiantes para enfrentar la complejidad de la práctica clínica real.
A lo largo de estas dos décadas y media, la carrera ha destacado por los resultados académicos de sus estudiantes en evaluaciones nacionales.
Según la docente e investigadora Angélica Arrobo Rodas, “la universidad ha enfatizado mucho en la formación docente, lo que ha permitido que los estudiantes desarrollen competencias clínicas sólidas”. Este enfoque ha facilitado que los egresados no solo obtengan calificaciones sobresalientes, sino que accedan a programas de posgrado en instituciones de prestigio a nivel internacional.
El proceso de acreditación ha sido fundamental en este camino. La carrera ha obtenido el reconocimiento del CACES y avanza hacia una nueva evaluación con la agencia ANECA. Estos procesos han posicionado al título de la UTPL como una garantía de calidad.
Al respecto, Arrobo Rodas señala que “la acreditación ha sido supremamente importante porque ofrece mayores facilidades para que nuestros exalumnos accedan a programas de posgrado, ya que es como llevar una marca de calidad en su título”.
Adicionalmente, la proyección internacional se ha fortalecido mediante convenios que permiten a los estudiantes realizar especializaciones en países como Italia, Argentina y Estados Unidos. Casos como el de Paula Espinoza, quien cursa neurología en Italia, o el doctor Carlos Santorum, quien ejerce como hematólogo en Argentina, reflejan la capacidad de los egresados para insertarse en contextos globales.
La innovación ha sido otro pilar estratégico. El centro de simulación clínica, descrito por Arrobo Rodas como único en el sur del país, permite a los estudiantes experimentar con patologías complejas antes de su práctica hospitalaria. A esto se suma el desarrollo de herramientas como la aplicación sobre lactancia materna 2.0, diseñada para optimizar prácticas clínicas esenciales.
Finalmente, apropósito de los veinticinco años de la carrera, se conmemoraron con actividades que reflejan su madurez institucional: la develación de una placa recordatoria, el lanzamiento de los libros Crónicas de Sabiduría Médica y lactancia materna 2.0; y un simposio sobre obesidad. Estas iniciativas muestran el compromiso continuo con la actualización científica y la integración comunitaria.
Ante los nuevos desafíos del sector salud, la UTPL orienta sus esfuerzos hacia la incorporación de inteligencia artificial y robótica en la práctica médica. Como concluye Arrobo Rodas, “el mundo actual está lleno de avances permanentes y debemos inducir a los estudiantes a ser protagonistas de transformaciones profundas en el sistema de salud”.
La trayectoria de estos veinticinco años sienta las bases para enfrentar estos retos, a través del equilibrio entre la excelencia académica y la responsabilidad social que ha caracterizado a la institución.