La innovación social se fusiona con la sabiduría ancestral en un laboratorio de parto intercultural

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En varias comunidades rurales de América Latina, el acto de dar a luz ha sido mucho más que un proceso biológico: es un ritual, una conexión profunda entre la madre, el bebé y la naturaleza. Este conocimiento, transmitido a través de generaciones por parteras, está lleno de simbolismos y sabiduría ancestral que trascienden lo médico. Además, en el área rural, el acceso a los servicios de salud representa un reto importante y es allí donde la innovación social juega un papel importante.

En Ecuador, hasta marzo de 2024, se registraron 1 913 parteras y parteros ancestrales que brindan atención a embarazadas en zonas rurales, de los cuales 1 511 están articulados al Ministerio de Salud Pública (MSP), según datos de esa entidad.

En ese contexto y con la finalidad de conservar estas prácticas ancestrales y garantizar atención a las comunidades rurales, surge el Laboratorio de Parto Intercultural de la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL), una iniciativa pionera que busca preservar y elevar la valiosa contribución de las parteras al sistema de salud del Ecuador. Este espacio se ha convertido en un puente entre dos mundos: el de la medicina occidental y la sabiduría ancestral, donde el parto es un acto de profundo respeto hacia la naturaleza, la cultura y el ciclo de la vida.

Los estudiantes de la UTPL intercambian conocimiento intercultural.

 

El legado de las parteras, una historia de resistencia y cuidado

Dennis Feijoó, coordinador de los Laboratorios de la Facultad de Ciencias de la Salud de la UTPL, explica que muchas de ellas comenzaron a formarse desde niñas, guiadas por sus madres o abuelas.

“Estas mujeres encarnan un conocimiento ancestral que honra tanto a la madre como al bebé en cada nacimiento. Para ellas, el parto no es un simple procedimiento médico, sino un proceso sagrado, profundamente humano y arraigado en la cosmovisión indígena”, dijo.

El laboratorio de la UTPL, no es solo un proyecto académico, es una declaración de principios: el conocimiento ancestral tiene un lugar en el presente y el futuro de la medicina. Aquí, la ciencia moderna no sustituye, sino que complementa las prácticas tradicionales. Las parteras trabajan mano a mano con profesionales de la salud para crear un espacio donde el respeto es la norma.

"En investigaciones realizadas por la universidad, se evidenció que algunas muertes maternas durante el parto se debieron a emergencias obstétricas no atendidas a tiempo. En respuesta, nuestros profesionales y estudiantes han trabajado estrechamente con las parteras, brindándoles acompañamiento y capacitaciones para fortalecer su capacidad de respuesta ante situaciones críticas. El objetivo es que puedan identificar señales de alerta tempranas y saber cuándo es necesario trasladar a la madre a un centro de salud, sin perder la esencia de sus prácticas tradicionales", explicó Feijoó.

El laboratorio está diseñado para recrear fielmente la atmósfera de las comunidades indígenas, respetando profundamente sus valores y creencias. El espacio adopta un carácter ceremonial, con elementos simbólicos que representan la naturaleza y la cultura: plantas, velas, y herramientas rituales cuidadosamente dispuestas. En una de las prácticas más destacadas, se utiliza una cuerda que las mujeres sostienen de pie durante el parto para permitir que el bebé nazca aprovechando la fuerza de la gravedad, lo que simboliza una conexión natural y fluida entre el cuerpo y la tierra.

El laboratorio de parto intercultural está adaptado a la cultura del pueblo saraguro.

 

A la par, se recrea un entorno moderno para ofrecer a los estudiantes un aprendizaje completo que abarque ambas perspectivas.

Para las parteras, especialmente las de la comunidad Saraguro, donde surgió este innovador proyecto de vinculación, la iniciativa representa una valiosa oportunidad para integrar sus conocimientos ancestrales en un sistema de salud moderno.

“Ellas conocen muy bien su labor. Saben cuándo un parto es complicado y necesitan ayuda, pero también cuándo todo está bien y pueden guiar a las madres con seguridad. Durante las prácticas con los implementos de la universidad, nos han expresado su orgullo por compartir este saber con los médicos”, añadió Feijoó.

 

Reconocimiento y dignidad para las comunidades indígenas

La implementación del laboratorio en la UTPL es un reconocimiento a las comunidades indígenas, puesto que las convierte en protagonistas dentro de un espacio académico en el terreno de la salud. Se revalorizan sus contribuciones no solo como curiosidades antropológicas, sino como parte integral del bienestar de las madres y los recién nacidos.

 

En la UTPL, estamos comprometidos con la investigación y el conocimiento. ¡Sé parte de la comunidad de estudiantes más grande del Ecuador!

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