La castellana ciudad de Loja, desde la década de los 80, ha sobresalido por sus iniciativas para mejorar las condiciones de vida de sus habitantes con proyectos de recolección y reciclaje de basura, así como la implementación del servicio de buses ecológicos, llevándola a ser catalogada por el Ministerio del Ambiente como “Ciudad Verde” en el 2002, por el desarrollo local y manejo sustentable.
Para estos méritos, la colaboración de la ciudadanía, las instituciones educativas y las empresas públicas o privadas siempre ha sido importante, ya que con su apoyo se han logrado cambios que hasta la actualidad benefician a toda la comunidad.
Tal ha sido el impacto de estas propuestas ecológicas que, los habitantes de Loja en sus diversos sectores, han venido requiriendo la construcción, reforestación y regeneración de espacios verdes, en los que se incluyan senderos, parques, plazas y máquinas e implementos para actividades deportivas y recreativas; sin embargo, no todos los sectores han sido atendidos por diversos factores, principalmente económico.
Es así que Alexandra Moncayo, docente del Departamento de Arquitectura y Artes de la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL), junto a María Isabel Burneo, estudiante de la carrera de Arquitectura, desarrollaron una investigación y posterior a ello implementaron un proyecto de mejoramiento de la imagen urbana del Barrio Tierras Coloradas denominado “Comunidad Verde Participativa”, mediante la metodología de diseño participativo de arquitectura de paisaje, que implica diseñar, tratando activamente a todas las partes involucradas con el fin de ayudar y asegurar que el producto diseñado se ajuste a las necesidades y se pueda utilizar dentro del sitio desarrollado.
Esta nueva técnica dentro del ámbito de la arquitectura y urbanismo lleva apenas unos años de aplicación, pero desde entonces los resultados siempre han sido favorables para los interesados.
El Barrio Tierras Coloradas, con el pasar del tiempo, se ha beneficiado por distintos proyectos piloto que instituciones, organizaciones y fundaciones han desarrollado con la intención de regenerar, dar una buena apariencia al sector e, incluso, mejorar la percepción de sus moradores.
Como resultado del proyecto “Comunidad Verde Participativa” se ejecutaron talleres con la comunidad del Barrio, en los cuales se brindaron capacitaciones en temas de sembrado para mejorar las áreas verdes existentes junto a las aceras y cerramientos particulares. De esta forma, en la actualidad la calle San Francisco de Asís mejoró la imagen del Barrio tras las mingas comunitarias, creando así espacios seguros en donde se pueda transitar y percibir las bondades de la vegetación ornamental.
Al largo plazo, se estima que estas mejoras aumentarán el valor de uso del suelo y, por consiguiente, su plusvalía, beneficiando a más de 3 mil habitantes actuales de Tierras Coloradas.
Participación en Premios “Sacha”
Considerando que el proyecto tuvo mucha efectividad entre sus moradores, la docente Moncayo inscribió el proyecto en la segunda edición de los Premios “Sacha”, un evento organizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), la Red Internacional del Bambú y Ratán (INBAR) y Ecuador Forestal. Estos premios difunden y promueven las buenas prácticas forestales y de transformación de la madera de origen legal, a través del reconocimiento y la premiación de acciones, proyectos y emprendimientos que cumplan con las condiciones de ser socialmente justos, ambientalmente amigables y económicamente rentables.
En este 2017 fueron 157 los proyectos inscritos en ocho categorías disponibles: Proyecto de planificación forestal, Manejo forestal sustentable en bosque nativo, Gestión sostenible de los bosques, Investigación forestal, Comunicación forestal, Uso innovador de madera, Productos de bosque, y Repoblación, ornamentación urbana y construcción sostenible.
En el mes de octubre, “Comunidad Verde Participativa” obtuvo el segundo lugar en la categoría “Repoblación, ornamentación urbana y construcción sostenible” de la segunda edición de los Premios “Sacha”, un reconocimiento que llena de orgullo a sus impulsoras, pues este trabajo de aproximadamente un año y medio de duración, ha rendido frutos que se ven reflejados no solo en el premio, sino en la resolución de un problema real de una comunidad relegada por mucho tiempo.
Alexandra Moncayo pretende continuar su accionar con proyectos que beneficien a este barrio y otros sectores aledaños, mejorando la calidad de vida de sus habitantes con la ayuda de estudiantes que se involucren en proyectos de vinculación con la sociedad, ya que, en sus palabras, “la universidad no está dentro de las aulas, sino en donde se puedan aplicar los conocimientos adquiridos”.
¿Conoces otro proyecto de diseño o arquitectura que esté beneficiando socialmente a un sector de Loja o el Ecuador? ¡Cuéntanos!