A escala global, cada año se producen 374 millones de accidentes y lesiones relacionadas con el desempeño de actividades profesionales, según estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Este panorama revela el alto nivel de exposición a riesgos que existe en los diferentes entornos laborales.
César Ramírez García, docente de la carrera de Seguridad y Salud Ocupacional de la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL), remarca la importancia de contar con mecanismos que permitan a las empresas identificar posibles escenarios y factores de riesgos, para implementar estrategias de prevención.
En este sentido, el catedrático destaca las ventajas de contar con una metodología de evaluación de riesgos laborales. “Los riesgos laborales tienen una gran incidencia no solo en el desempeño productivo de un negocio, también afectan su rendimiento económico. Las empresas que no trabajan en materia de prevención son menos competitivas y, por ende, enfrentan mayores desafíos para surgir”, explica Ramírez.
Para el docente universitario, un sistema de medición de riesgos permite medir su nivel de peligrosidad y definir un plan de acción. Por esta razón, el docente brinda algunas claves para definir una metodología de evaluación de riesgos:
- Adaptarla al giro de negocio: el desarrollo de un sistema de medición de riesgos dependerá, en gran medida, de las características de un negocio. Por lo general, las principales causas de siniestros laborales son mecánicas, ambientales, sociales y funcionales. No obstante, la estrategia no será igual en una compañía de publicidad que en una fábrica de productos.
- Clasificar los riesgos por niveles: todas las empresas están expuestas a riesgos; sin embargo, es vital entender cuáles requieren una atención más urgente. Lo recomendable es empezar por los peligros que se pueden presentar en el entorno laboral y luego avanzar hacia los temas de carácter psicológico y el estado de ánimo de los colaboradores.
- Investigar antecedentes: la mayoría de empresas comienzan como emprendimientos y, por lo tanto, en algún punto pasan por un proceso de formalización. Esto incluye trasladarse de un espacio laboral a otro. Es importante que, durante este tipo de procesos, se investigue la existencia de riesgos o el historial de accidentes laborales. Este mismo proceso se puede aplicar con los colaboradores, para determinar medidas preventivas.
- Planificar acciones: posterior a la identificación de riesgos, es necesario contar con una guía de acciones a ejecutar. El desarrollo de un plan o una estrategia contra las emergencias laborales, cuya mejora debe ser continua, permitirá impulsar una cultura de prevención. Esto, a su vez, minimizará los peligros existentes y, por lo tanto, sus consecuencias.
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