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El eco de las campanas del Vaticano resonó desde Roma hasta Loja. La noticia de la partida del Papa Francisco, a sus 88 años, sacudió al mundo y toca profundamente a quienes vieron en él una figura transformadora.
Para la comunidad de la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL), su muerte representa la pérdida invaluable de un líder espiritual y la despedida de un amigo, que acompañó con esperanza, palabra y presencia los pasos de la educación católica contemporánea.
Desde su elección en 2013, el pontificado de Jorge Mario Bergoglio rompió moldes sin traicionar la esencia. Fue un Papa que habló de misericordia antes que, de juicio, que lavó los pies de migrantes, que pidió perdón por los errores de la Iglesia y que desafió al mundo a “no mirar desde el balcón”.
Francisco deja una herencia de sencillez, humanidad y valentía. Promovió la fraternidad universal (Fratelli tutti), la ecología integral (Laudato Si’) y una Iglesia en salida, comprometida con los más vulnerables. En tiempos convulsos, su voz se convirtió en un faro ético, recordando que “la realidad es más importante que la idea” y que la educación debe ser “acto de amor y esperanza”.
Fue un impulsor incansable del Pacto Educativo Global, un llamado a transformar la educación con base en la solidaridad, el diálogo y el cuidado de la casa común. Universidades católicas de todo el mundo respondieron a su mensaje con proyectos, investigaciones y redes que cruzaron fronteras.
Para él, las instituciones de educación superior no debían conformarse solo con transmitir conocimientos, sino que tenían el deber de formar personas integrales, conscientes de su papel en la construcción de un mundo más justo.
En 2023, el rector de la UTPL, Santiago Acosta Aide, vivió un momento histórico y especial al saludar personalmente al Papa Francisco en el Vaticano. Aquel encuentro fue más que protocolario: fue un gesto de cercanía y reconocimiento.
Francisco vio en universidades como la UTPL una expresión viva de la Iglesia que educa, investiga y sirve. Su respaldo fue una guía para profundizar el modelo pedagógico humanista que distingue a la institución.
Con la muerte del Santo Padre, el protocolo del Vaticano se activa. Tras el período de luto, la sede apostólica queda vacante, se convoca al cónclave, una reunión solemne de los cardenales electores, quienes en secreto eligen al nuevo Papa en la Capilla Sixtina.
Hasta entonces, la Iglesia estará dirigida temporalmente por el Camarlengo, que gestiona los asuntos ordinarios. Se espera que en las próximas semanas se convoque oficialmente al cónclave, y que millones de fieles en el mundo se unan en oración para que el Espíritu Santo inspire la elección del nuevo sucesor de Pedro.
La comunidad de la UTPL, profundamente conmovida por la partida del Papa Francisco, se une en oración por el alma del Santo Padre y por el futuro de la Iglesia. Desde sus aulas, laboratorios y espacios de espiritualidad, estudiantes, docentes y autoridades elevan plegarias por quien supo pastorear con ternura y valentía.