La terapia génica se define como una técnica en la que se emplean uno o más genes para prevenir, tratar o curar una enfermedad. El procedimiento consiste en la modificación e implantación de genes funcionales en las células de un paciente para corregir anomalías que provocan el surgimiento de patologías. Por este motivo, la UTPL, a través de su maestría de Análisis Biológico y Diagnóstico de Laboratorio, promueve la investigación y el fortalecimiento de estas técnicas, desde una perspectiva ética y enfocada en atender las necesidades médicas de la población local.
En la actualidad, la terapia génica no solo está enfocada en tratar enfermedades o trastornos de carácter hereditario, sino que se está aplicando de forma experimental en el tratamiento de enfermedades como el cáncer, el sida, la enfermedad coronaria, la enfermedad arterial periférica y la artritis reumatoide.
Paola Dalgo Aguilar, docente de la maestría de Análisis Biológico y Diagnóstico de Laboratorio de la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL), señala que la terapia génica no se limita solo al tratamiento de la sintomatología de los pacientes, sino que aparece como una posible estrategia de terapia prolongada que cure enfermedades desde su origen.
“Los genes en las células desempeñan una función importante en la salud. Un gen o genes defectuosos pueden enfermar al organismo y provocar el surgimiento de enfermedades o trastornos que afectan en gran medida la calidad de vida de una persona. Aunque esta técnica está todavía en un estado incipiente, se proyecta que sus aplicaciones incrementarán de forma exponencial”, explica la catedrática.
En la actualidad, la mayoría de enfermedades metabólicas, raras o cardiovasculares tienen un corte genético. Por lo tanto, la terapia génica se presenta como la opción más efectiva.
“Hoy en día, la medicina ha evolucionado y ha superado el tratamiento de sintomatologías con medicamentos; ahora, se busca generar estrategias que permitan alcanzar niveles significativos de mejoría en los pacientes”, resalta Dalgo.
A nivel científico, existen distintas formas de terapia génica. Sin embargo, la investigadora detalla que todas ellas tienen tres elementos en común:
- El material genético a transferir
- El método de transferencia
- El tipo celular que asimilará dicho material
Dalgo explica que existen dos tipos de terapia génica: somática y germinal. En el caso de la terapia somática, se aplica sobre las células que conforman el crecimiento de los tejidos y organismo de una persona. Esto significa que las modificaciones que se realizan solo afectan a ese individuo.
Por otra parte, en el caso de la terapia germinal, se trabaja en células como espermatozoides y óvulos. Esto significa que los cambios generados serían hereditarios. Por cuestiones éticas y jurídicas, este tipo de terapia no se práctica hoy en día.
La terapia génica corrige problemas en el ADN introduciendo material genético sano en células afectadas.
En este contexto, la terapia génica, junto a otras técnicas de modificación del ADN, es una gran alternativa para desarrollar nuevas estrategias en el tratamiento de enfermedades actualmente incurables. No obstante, existe un gran debate en torno a las implicaciones éticas, debido a que las decisiones que se adopten tendrán un gran impacto en las futuras generaciones.
“El desarrollo de la terapia genica está relacionado con la población y el entorno en que nos desenvolvemos. La genética poblacional es distinta en cada territorio. Nuestra intención, como universidad, es desarrollar estas técnicas nuevas para atender las necesidades de la comunidad de Loja”, manifiesta.
En este sentido, la docente señala que Ecuador siempre ha empleado técnicas y terapias que fueron pensadas para atender las necesidades de otros grupos poblacionales, lo que ha dificultado alcanzar un entendimiento propio de las enfermedades que afectan a nuestra comunidad.
A la fecha, la UTPL lleva adelante proyectos de investigación, enfocados en el análisis de enfermedades raras, como la distrofia muscular de cintura y cadera. Con estas experiencias piloto, la universidad aspira a estandarizar los procesos tecnológicos, generar oportunidades de innovación y capacitar a los profesionales de la salud en el manejo de nuevas técnicas y estrategias terapéuticas.