¡Protesto, su señoría! ¿Cuántas veces te has imaginado diciendo estas palabras en un juzgado? Si son varias y cada vez que lo imaginas sientes compromiso y pasión, lo muy probable es que lleves dentro de ti un potencial profesional del Derecho.
Antes de llegar a un juzgado debes pensar con detenimiento qué especialidad te gustaría ejercer y sobre todo, cómo te gustaría ejercerla. Podrías ser abogado penal o civil, de inmigración, de leyes de propiedad intelectual o planificación de patrimonio, entre muchas otras posibilidades.
Aquí te presentamos algunas de las cualidades por las que se caracteriza un buen abogado, independientemente de su especialidad.
1. Ser riguroso y estar al día
Las leyes varían constantemente y como buen profesional debes estar informado de cualquier cambio, reforma o nueva ley que surja. Debes ser implacable a la hora de leer y entender el significado de cada artículo o ley para interpretar todo correctamente, y a su vez, ser organizado con el tiempo y las entregas de documentos con tus clientes.
2. Concentración
En situaciones de tensión en las que te pueden faltar argumentos para el desarrollo de un juicio, la redacción de contratos o la medición de conflictos, es indispensable que tengas la capacidad para enfocarte y no perder el norte, a fin de garantizar tu racionalidad y criterio efectivo advirtiendo todos las perspectivas de un caso.
3. Facilidad de palabra
Debes tener mucha destreza para comunicarte de forma verbal, ser persuasivo y estar preparado para cualquier contraargumento que debas defender. ¡Y eso seguro! Disfrutarás de grandes debates en las comidas y cenas navideñas.
4. Resiliencia emocional
Algunos de tus clientes tendrán serios conflictos con la ley que les puede privar de su libertad, separar de un familiar o tener grandes deudas con una institución bancaria. Tu capacidad de gestionar emocionalmente estos desequilibrios y limitarlos a tu vida profesional, será todo un reto.
5. Persistencia y tenacidad
Un abogado no puede rendirse nunca. Siempre deberás tener un as bajo la manga para salir y luchar por los derechos de tu cliente, sin olvidar los principios y valores que caracterizan tu ética profesional.
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